La suspensión de las reuniones de comisión pactadas para esta semana, para abordar el tratamiento de la reforma electoral, suscitó diferentes tipos de hipótesis en medio de un escenario complicado para el oficialismo en el Congreso, por la falta de tiempo y la ausencia de varios legisladores para observar las elecciones en Estados Unidos.
El paso de la reforma por el Senado está diseñado por el kirchnerista Marcelo Fuentes, titular de la comisión de Asuntos Constitucionales, que tomó la decisión de postergar el debate para la semana próxima, a pesar de que ayer había una lista de más de treinta invitados para exponer. Se destacó la ausencia de Juan Manuel Abal Medina, que ya había adelantado que estaría en el País del Norte, así como también la del santafesino Omar Perotti y Dalmacio Mera, de Catamarca. Abal Medina es el presidente de Presupuesto y Hacienda, una de las comisiones que integran el plenario que discute la reforma electoral.
Fractura opositora
Uno de los motivos que genera un clima incierto en cuanto al avance de la reforma es la existencia de diferentes posturas en el seno del bloque mayoritario, el PJ-FpV. A principios de año, gran parte del bloque opositor se alistó detrás del jefe de la bancada, Miguel Angel Pichetto, y acompañaron al Gobierno en los proyectos clave que envió el Ejecutivo. Por caso, el acuerdo con los holdouts, los pliegos para completar la Corte Suprema, y la superley (jubilados y blanqueo). El bloque, se vio dividido en dos partes, una mayoritaria, y otra representada por poco más de diez senadores, más cercanos al kirchnerismo duro. Con respecto a la reforma electoral, las posiciones del bloque compuesto por treinta nueve bancas, se dividió en al menos tres posiciones, y es, en parte, uno de los motivos que dilata el avance del proyecto. Los senadores Abal Medina y Perotti, defienden un texto de su propia autoría en el cual se impulsa la boleta electrónica pero se exige el conteo exclusivamente manual, además de una implementación gradual del sistema. El rechazo al chip y la gradualidad, expuesto en la iniciativa de los senadores peronistas, es la que prima en la bancada, y que acompaña Pichetto. Las disidencias están en el kirchnerismo, que descarta de plano el dictamen que se aprobó en Diputados, y también en un grupo más chico que acompaña la iniciativa del Gobierno, y lo componen los salteños Rodolfo Urtubey y María Fiore Viñuales, y Mera.
“Hay voluntad de avanzar con la reforma”, le dijo Pichetto a El Economista, y reconoció las diferencias que existen en el bloque opositor, “vamos a tratar de unificar posturas”, añadió. Para Urtubey, consultado por este diario, será “difícil unificar posiciones”. En lo que sí coinciden los peronistas, es en agregar una implementación gradual al proyecto. Lo que significaría un cambio radical a la iniciativa que se aprobó en Diputados, que establece que a partir del 2017 la Boleta Unica Electrónica (BUE) será el único tipo de votación a nivel nacional, sin lugar a excepciones. Sin embargo, retornar a la idea de la gradualidad ?que estaba en el texto que envió el Ejecutivo a la Cámara Baja? no es del desagrado de los funcionarios del Ministerio del Interior y de Modernización, quienes siguen de cerca el tratamiento del proyecto. Salta, Córdoba, Santa Fe y la ciudad de Buenos Aires, podrían ser algunos de los distritos que debuten con la BUE desde el próximo año.
“Es una posibilidad que no se descarta”, sostuvo el senador radical Luis Naidenoff sobre la gradualidad, y agregó que “si hay voluntad llegamos”, en referencia a la otra preocupación del Gobierno: el tiempo. Según programó la comisión de Asuntos Constitucionales, el proyecto será debatido el martes y jueves de la semana próxima, y podría ser tratado en el recinto el 23 de noviembre. A esa fecha aspira Cambiemos, si se tiene en cuenta que en días el Senado se dispondrá a aprobar el Presupuesto, día en que finaliza el período de sesiones ordinarias.
