La relación de Miguel Ángel Pichetto con la Iglesia Católica no pasa por un buen momento. Hace rato, en rigor. Ya en 2021 publicó un libro ("Capitalismo o Pobrismo") en el que señaló que uno de los males que enferman a Argentina es la ideología del pobrismo.
Frente a la pregunta sobre si los planteos del Papa Francisco perjudican al país, Pichetto había respondido: "Yo creo que sí, porque eso debilita la construcción de un modelo capitalista serio, responsable, con una visión nacional de crecimiento y de generación de empleo".
Ahora, Pichetto volvió a apuntar contra la Iglesia afirmando que la agenda en la que insiste es "anti productiva".
Sucede que el obispo de Rawson, Roberto Álvarez, envió una nota a todos los poderes del Estado, incluido el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, manifestando su preocupación por la instalación de la planta de GNL en Sierra Grande. Se trata del primer pronunciamiento de la Iglesia en cuanto al mega emprendimiento que se realizará en Río Negro.
Álvarez cuestionó el impacto ambiental que podría tener dicha obra para Chubut y Río Negro, dos provincias que comparten grandes espacios de diversidad biológica marina.
"¿Están ustedes seguros que no incidirá en el asentamiento del Pingüino de Magallanes que es tan vulnerable a los derramamientos de petróleo? ¿Y en la repoblación de la ballena Franca Austral, antes diezmada por la caza y que ha elegido el golfo para reproducirse? ¿Qué sucederá con las principales actividades económicas de las comunidades locales, como son las pesquerías artesanales, el turismo orientado a la pesca deportiva, el buceo y el avistaje de fauna marina, si el tráfico de barcos cambia los hábitos de las especies o los derrames se suceden? Sólo puedo hacer preguntas, no me compete dar respuestas, porque ni por conocimiento ni por oficio estoy habilitado", planteó.
Frente a ello, Pichetto respondió: "El obispo Álvarez habló en contra de la planta de GNL en Río Negro. Este discurso representa los intereses del pobrismo y el falso ambientalismo. La Iglesia siempre en contra del crecimiento y el desarrollo".
En su libro, el diputado explicó que la mirada de la Iglesia de "creer que Argentina va a ser mejor si es más pobre" es errónea, y que lo que conviene es "un modelo de salida vinculado con el trabajo, la producción, y una construcción capitalista".
En tanto, el año pasado llamó a una "autocrítica" por parte de la Iglesia y el Papa: "La mala administración, el aumento de la pobreza, la inflación incontrolable son producto de las mismas ideas que la Iglesia pregonó en este último tiempo", dijo entonces.
Pichetto fue testigo de la expansión de Sierra Grande, la ciudad que espera la inversión de la planta de GNL. No sólo vivió 15 años ahí, sino que además, con el regreso de la democracia fue concejal y en 1985 reemplazó al intendente durante dos años.
La localidad llegó a tener 22.000 habitantes, pero un éxodo masivo la dejó diezmada en los '90. Sierra Grande llegó a quedarse con sólo 4.000 habitantes y, tras una lenta recuperación, hoy son cerca de 8.000 los que viven en la zona.
La instalación de la mega planta promete una inversión de US$ 30.000 millones que podría revitalizar a toda esa región de la Patagonia.
