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El primer empleo, cajoneado hasta 2017

27 diciembre de 2016

El proyecto de ley de primer empleo, enviado por el Ejecutivo al Congreso a fines de abril con el objetivo de “poner en marcha la creación de trabajo de calidad” y facilitar el ingreso de los jóvenes de entre 18 y 24 años al mundo del trabajo permanece todavía durmiendo en los cajones de la Comisión de Legislación Laboral de Diputados.

Si bien fue anunciado con pompa y resaltado por el Gobierno en varias ocasiones ?el presidente Mauricio Macri incluso lo dio por sancionado en una intervención pública? la iniciativa fue postergada en el debate y finalmente excluida de la agenda parlamentaria para el período extraordinario.

El proyecto crea un régimen de empleo con estímulos para que los empresarios puedan incorporar nuevos trabajadores al mercado laboral formal en sus primeros años de aportes. A cambio, exime a quienes lo hagan del pago de parte de sus obligaciones patronales ?beneficio que va declinando hasta desaparecer a medida que el trabajador acumula aportes en su historia laboral? y otorga incentivos económicos por cada nuevo contratado.

En las provincias incluidas en el Plan Belgrano, el programa con templa incentivos extra para los empleadores y abarca a un universo más amplio de trabajadores ingresantes, que no necesitan tener entre 18 y 24 años para estar contemplados en el beneficio.

Los números

Más allá de las consideraciones sobre la metodología, es claro que el desempleo juvenil es un problema grave en el país y es necesario articular medidas para combatirlo.

Según explicó a El Economista Gerardo García Oro, del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de Fundación Mediterránea, sobre un total de 5,1 millones de jóvenes de entre 18 y 24 años, más de 2,6 millones (53%) enfrenta al menos un inconveniente de inserción laboral, ya sea por la vía educativa (abandono escolar) como por no dar con un empleo productivo y formal que le permita comenzar a desarrollarse de manera óptima.

Según agregó García Oro, 18% de aquellos que tienen entre 18 y 24 años no estudian, no trabajan, ni buscan trabajo ?son los comúnmente denominados “ni-ni”?, cifra que alcanza a 900.000 jóvenes en este rango etario.

Por otro lado, la tasa de desempleo juvenil (19% de los activos) alcanza un nivel que resulta entre dos y tres veces superior al promedio general y claramente más alto al de las personas adultas de al menos 25 años. El porcentaje representa a 500.000 jóvenes desocupados entre 18 y 24 años de edad. Aún entre quienes consiguen un empleo, observando en este caso a aquellos que se desempeñan como asalariados, puede notarse que la tasa de informalidad laboral alcanza al 60% de los jóvenes de entre 18 y 24 años (1,3 millones), casi el doble del promedio general.

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