Finalmente, ayer el board del FMI emitió un comunicado sobre el presente y el futuro de la economía argentina, en base al informe preparado por la misión, liderada por el italiano Roberto Cardarelli, que estuvo en el país hace poco tiempo.
Mayor a menor
El informe criticó la situación heredada (y sus “desequilibrios macroeconómicos generalizados”) y elogió la “ambición” y los “progresos importantes” logrados en tan poco tiempo por el nuevo Gobierno. Entre ellos, el FMI cita el hecho de que el valor de la moneda está determinada por el mercado ahora, las tarifas están más en línea con los costos, se reconstruyó el Indec, el crédito internacional está abierto y se pusieron metas macroeconómicas para los próximos años. Todo eso evitó que la economía vaya a una crisis, un desenlace típico por estas pampas.
Sin embargo, el ajuste va a costar, y mucho, y no sólo en 2016. Para el año en curso, el PIB caerá 1,8% y, en 2017, crecerá 2,7%. El Gobierno espera -1,5% en 2016 y una suba de 3,5% en 2017. La meta fiscal, en cambio, será cumplida y el rojo cerrará el 2016 en 4,8% del PIB por el ajuste de los primeros meses del año, aunque el gasto se aceleró en los últimos meses. Sin embargo, la meta del 2017 no será cumplida y el FMI espera un rojo de 4,5% del PIB, 0,3 punto superior al 4,2% oficial anunciado hace poc.
¿Y la inflación? 39,4% en 2016; 20,5%; 17,5% en 2018; 13% en 2019; 10,3% y 9,4% en 2021. Esa es, quizás, la proyección más negativa de todo el informe si se considera que la escalera del BCRA es 17%, 12% y 5% para 2019.
El FMI tampoco ve un boom exportador: las ventas externas subirán 4,5% en 2016 y 4,4% en 2017. Tampoco ve subas en las reservas, que serán US$ 33.300 millones en 2016 y US$ 36.500 en 2017.
La inversión (quizás el otro dato más preocupante) seguirá anémica, y muy lejos de los niveles requeridos y deseados por el Gobierno: 15,8% del PIB y 16,5% del PIB en 2017. El crecimiento, pues, estará liderado por el consumo, como en el kirchnerismo.
Falta más Según el FMI, el Gobierno deberá poner más esfuerzo en las reformas por el lado de la oferta, mejorar el clima de negocios, estimular más competencia, profundizar el ajuste tarifario, mejorar infraestructura, quitar barreras comerciales y tener un mercado de capitales más desarrollado.
