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El empresariado, clave para generar inclusión

04 noviembre de 2016

“A pesar de los ciclos de bonanza, en los últimos tiempos en Argentina no aumentó el indicador que mide la autonomía de la gente en términos económicos. Existen barreras estructurales que sostienen e incrementan la exclusión social, más allá de ideologías políticas o gobiernos de turno”, sostuvo ayer el sociólogo Agustín Salvia en el seminario “Desigualdad Social. Herramientas para el Desarrollo y la Inclusión”. En el evento, organizado por el Banco Ciudad, directivos de la entidad y académicos disertaron sobre el escenario social actual y reflexionaron sobre el rol que debe asumir el empresariado ?y la banca en particular? en la búsqueda de un mejor horizonte.

Según precisó Salvia, actual director de Investigación del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, el 47,7% de los hogares tienen al menos un derecho básico no resuelto y el 30% de ellos necesita una transferencia de dinero público para cubrir sus necesidades básicas. Por otro lado, señaló que “sólo el 43% de la gente ocupada tiene un empleo productivo” y que en el país el 51% se ocupa en el sector microinformal (establecimientos de hasta cinco trabajadores, cuentapropista o personal doméstico).

El investigador cuestionó el “enfoque mágico del capital humano”, al señalar que la evidencia muestra que si bien es cierto que un mayor nivel educativo mejora las posibilidades de conseguir empleo, hay “70% de jóvenes con secundario completo que no tienen inclusión laboral plena y que están buscando trabajo”. “Hay algo más que un problema educativo. Por ahí lo estamos pensando desde la oferta y lo tengamos que pensar desde la demanda: ¿se está creando empleo para estos jóvenes o nos está faltando inversión?”.

En este marco, Salvia consideró que “el sector financiero tiene un rol clave para resolver los problemas estructurales de pobreza y desigualdad del país” y, particularmente, dijo que “la banca pública es fundamental y debe ser inspiración para otras instituciones del sector”.

La introducción al seminario estuvo a cargo del presidente del Banco Ciudad, Javier Ortiz Batalla, quien destacó “la doble responsabilidad de los bancos públicos en ser sustentables y a la vez promotores de la inclusión social”. En este sentido, señaló “la importancia de profundizar la bancarización, la inclusión financiera y la llegada con herramientas crediticias a la base de la pirámide social”.

Para Hector Larocca, director del Centro Nacional de Responsabilidad Social Empresaria y Capital Social de la UBA, es necesario dejar de pensar a las empresas como meras entidades económicas para valorarlas como “entidades sociales”, con un “rol protagónico” en la búsqueda de mayor inclusión. El contador señaló que “dentro de esta nueva cosmovisión las empresas tienen tres desafíos: el económico (no deben resignar su rentabilidad), el de orden social (generar empleo digno) y el ecológico o ambiental”.

La presidenta de Ciudad Microempresas, Patricia García De Luca, fue la encargada de presentar el Programa de Inclusión Financiera del banco, dentro del que se incluye la oferta de microcréditos para microempresas, consumo y mejora de la vivienda y el financiamiento a microemprendedores.

“Desde el punto de vista de la inclusión financiera somos especialmente sensibles a que esta población no quede con mancha en las centrales de riesgo, porque existe la tentación de decir que el que menos tiene es el que menos paga, porque permanentemente está expuesto a contingencias”, señaló De Luca, y añadió que el programa es una “pequeña contribución” del Banco Ciudad a un contexto social que exhibe cifras “escalofriantes”, donde “se necesitan políticas públicas que mejoren las condiciones para generar desarrollo e inclusión efectiva”.

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