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Cumbre de la CGT para alejar rumores de ruptura

En la sede de la Uocra estuvieron presentes dos de los triunviros, Hugo Moyano y Luis Barrionuevo

27 diciembre de 2017

Hugo Moyano decidió hace un tiempo dar un paso al costado en las cuestiones cotidianas de la discusión sindical. Sigue de cerca la marcha de la CGT y de su sindicato, el de Camioneros, pero a través de su hijo Pablo. Y muchas veces se “leen” en opiniones de su hijo, jugadas posibles del exsecretario de la central. Por eso sorprendió verlo ayer en la sede de la Uocra, reunido junto a otros otros dirigentes de peso. La situación interna, con cuestionamientos al triunvirato a cargo, y los distintos diagnósticos y propuestas hacen crujir la entidad de la calle Azopardo. Y su presencia resultó indispensable: para alejar rumores de ruptura y para respaldar a los integrantes de la conducción de la central.

No hubo declaraciones altisonantes luego del encuentro. Sí, una foto, que los voceros de los distintos gremios presentes insistieron para que tenga amplia circulación. Allí se lo veía, además de Moyano, a dos de los tres triunviros: Juan Carlos Schmid, del sindicato de Dragado y Balizamiento; y Carlos Acuña, de los trabajadores de estaciones de servicio. Ausente, con aviso, Héctor Daer, del  gremio de la Sanidad. Completaba la mesa, el dirigente gastronómico Luis Barrionuevo, el anfitrión  Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez de UCPN, Omar Maturano de La Fraternidad y Roberto Fernández de la UTA. Al igual que Daer, estuvieron ausentes Antonio Calo, secretario general de la UOM, que reafirmó en las últimas horas que su gremio no abandonaba la central, tras el desplante de Francisco Gutiérrez; Armando Cavalieri, de los mercantiles; José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias. Los tres eran esperados en la Uocra. Los tres enviaron mensajes de apoyo a las mociones que se trataban.

La situación de Lingeri, en particular, era la más observada. La semana pasada fue vocero de los gremios que se opusieron al paro de la CGT cuando se discutía la reforma previsional. Mientras que, desde la Corriente Federal de los Trabajadores, el bancario Sergio Palazzo ya daba por hecho la ruptura de la central.

“La CGT ya está dividida. Está claro, porque en los hechos no hay unidad”, señaló, tras criticar la “contradicción” de convocar a una medida de fuerza de 24 horas y no convocar a movilizar, como lo hicieron otros gremios y dirigentes a título personal. La CGT espera bajar la tensión hasta principios de junio, cuando consideran que buena parte de las paritarias ya habrían sido negociadas.

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