Las comisiones de Legislación General y Presupuesto del Senado iniciaron ayer el debate por el proyecto de ley que busca crear un fondo con activos en el exterior no declarados, con el objetivo de recaudar recursos y cancelar la deuda contraída durante la gestión de Mauricio Macri con el FMI. La primera reunión se llevó a cabo con la presencia de varios expositores.
En las filas del oficialismo no tienen fechas para dictaminar, aseguran que el debate será extenso (“esto recién empieza” deslizan), y al mismo tiempo se muestran optimistas ante la posibilidad de obtener la media sanción lo más pronto posible. Además, al revés de lo sucedido con el entendimiento con el FMI, cuando el bloque votó partido, esta vez el oficialismo está alineado pese a algunas quejas iniciales por la metodología de la presentación.
Tal como había anticipado El Economista, el martes el senador del FdT, Edgardo Kueider, le hizo llegar a Oscar Parrilli una serie de posibles cambios, los cuales están al momento en estudio.
En el próximo plenario se espera que se realice la próxima semana con la presencia de funcionarios para explicar con mayor profundidad los alcances.
Pese al ánimo que circula en el Senado, en la Casa Rosada sostuvieron ante El Economista que habrá "apoyo" al texto, cuyo autor es Parrilli, aunque mostraron dudas sobre un eventual "impulso" de la misma a la hora de juntar los votos.
De ser así, las señales de la Casa de Gobierno irían en línea con la interna que atraviesa al frente oficialista y consecuentes con el tímido apoyo esbozado por la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, quien dijo que el PEN “valora” la iniciativa presentada.
Al igual que lo que sucederá hoy con la votación por la reforma del Consejo de la Magistratura, las miradas se posaran una vez más sobre los senadores provinciales que fungen como aliados del oficialismo. En ese pelotón se encuentran Alberto Weretilneck (Río Negro), Magdalena Solari Quintana (Misiones) y la riojana Clara Vega.
En el entorno del senador rionegrino hay una mirada “favorable” a la idea de que aquel que evadió impuestos pague, no sin dejar de recordar que Wertilneck fue reticente a iniciativas como el Aporte Solidario a las grandes fortunas, sobre el que tuvo varios condicionantes a la hora de acompañarlo, lo que deja abierta las definiciones.
Juntos por el Cambio adelantó ni bien presentado el proyecto que no acompañaría y ayer en la plenaria, la voz la cantante la llevó el senador de la UCR, Martín Lousteau, quien calificó al proyecto como un “blanqueo” encubierto y basó sus críticas en dos fundamentos: 1) que no resuelva la “fuga” de capitales y, 2) que la penalidad contemplada en el texto prevé un porcentaje menor al que estipula la legislación actual en materia tributaria.
Más difícil podría ser el panorama para el oficialismo en la Cámara Baja en donde tendrá mayores dificultades para hacerse de aliados.
Por lo pronto el interbloque que conduce el Topo Rodríguez cosecha más miradas negativas que positivas, si bien el propio Rodríguez pidió hace escasos días investigar el destino de los fondos del empréstito de 2018.
Los diputados que responden a Juan Schiaretti, que ayer presentaron desde Río Cuarto un proyecto para bajar retenciones, califican de “barbaridad” el texto de Parrilli. En el mismo sentido se expresan los socialistas. Fuentes de dicho espacio sostuvieron ante este diario que “no están de acuerdo” con las iniciativas de “blanqueo”.
Los cuatro diputados liberales rechazan de plano el proyecto y lo mismo hacen saber los diputados de izquierda. “El proyecto de blanqueo no lo apoyamos. Es una maniobra para legitimar el acuerdo con el FMI y pagar una deuda que planteamos desconocer”, sostuvo la legisladora del FIT, Romina Del Plá ante El Economista.
