Por Mariano Espina
El resultado de las ocho provincias que en este turno elijen senadores, era uno de los datos más esperados por la Casa Rosada, por la minoría que ostenta en la Cámara Alta, y por el impacto en el numeroso bloque peronista. Si se repiten los resultados en octubre, Cambiemos no podrá alcanzar el tercio en el Senado, aún así, el resultado es positivo para el Gobierno de Mauricio Macri. Además de renovar las cuatro bancas que se vencen en este turno, el interbloque oficialista sumaría ocho escaños, y pasaría a estar integrado por veintidós senadores. Por el lado del bloque PJ-FpV, aunque de todas maneras habrá que esperar a la próxima composición, perdería seis escaños, y quedaría conformado por treinta y tres legisladores.
El resultado más resonante, por detrás del bonaerense, fue el de San Luis, y el más ventajoso para Cambiemos. Allí, Claudio Poggi, exgobernador puntano y actual aliado de Cambiemos (ver aparte), superaba por más de veinte puntos a Adolfo Rodríguez Saá. Un resultado que no esperaban ni los más optimistas del oficialismo nacional. Tampoco los más pesimistas de Compromiso Federal, el espacio del gobernador Alberto Rodríguez Saá. Si en octubre se mantiene en la provincia de Buenos Aires la ventaja de Esteban Bullrich sobre Cristina Kirchner, se reflejará un escenario similar: Cambiemos sumaría dos bancas donde no contaba con representación.
Sí era esperado, por caso, lo sucedido tanto en Jujuy como en Santa Cruz. En ambos distritos Cambiemos defiende una banca. El triunfo en la provincia del Norte, además de añadir un escaño en el Senado, se lee como un espaldarazo a la gestión del gobernador radical Gerardo Morales. El también radical Eduardo Costa, excandidato a gobernador en Santa Cruz, le ganaba por más de diez puntos a la lista de la mandataria Alicia Kirchner, que atraviesa una situación de crisis social y económica sin precedentes.
No obstante, la ola Cambiemos no logró romper con el muro de Gildo Insfrán en Formosa, y tampoco contra la boleta de Carlos Saúl Menem en La Rioja. Escoltó en ambas provincias, en la primera retendría su banca el radical Luis Naidenoff. En Misiones, el exgobernador Maurice Closs, precandidato por el oficialismo, le ganaba al presidente del PRO, Humberto Schiavoni. En San Juan, Rubén Uñac, hermano de Sergio, el gobernador, le ganaba al aliado PRO, Roberto Basualdo. Hasta aquí, el repaso de las provincias que en este turno deben renovar las tres bancas en la Cámara Alta.
Escenario PJ
Fueron doce los gobernadores peronistas que semanas atrás se reunieron en el centro porteño para cerrar filas de cara a las elecciones. El objetivo era ganar, reflejarse como una fuerza homogénea y fortalecida para discutir con el Gobierno nacional los próximos dos años pero también para definir los lineamientos de cara a las presidenciales del 2019. El balance es negativo. Cuatro mandatarios comunicaban derrotas contra Cambiemos en sus distritos, otros tres, victorias por poco margen. En aquel encuentro de días atrás, auguraban un escenario opuesto y apostaban amplias victorias en buena parte de los distritos gobernados por el PJ.
El primero en asumir la derrota fue, precisamente, el provisorio líder de la naciente liga de gobernadores: Juan Schiaretti, por Córdoba. “Evidentemente la polarización planteada por el Gobierno nacional entre el presidente Macri y el kirchnerismo, por los resultado preliminares, le ha dado resultado”, señalaba el mandatario cordobés, pasadas las 19 horas, asumiendo una derrota del oficialismo provincial. No obstante, un colega peronista cerró el puño y festejó este resultado, acompañado por una victoria en su casa: el salteño Juan Manuel Urtubey. Se impuso a Cambiemos por más de diez puntos y el objetivo de perfilarse como candidato presidencial toma forma.
Además de Córdoba, el oficialismo peronista caía derrotado en Entre Ríos, Chaco (resultados parejos al cierre de esta edición) y La Pampa. Entre los triunfos destacados, se resalta la perfomance de Urtubey, la de Uñac, y también la de Juan Manzúr en Tucumán, que por más de quince puntos derrotaba al extitular del Plan Belgrano, José Cano.
