El martes 9 de noviembre el presidente Alberto Fernández se reunió con empresarios representantes de cuatro de las multinacionales más importantes del país en la Quinta de Olivos. Allí buscó intercambiar miradas sobre lo que vendrá de cara a las elecciones del 14 de noviembre y a las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La cena en la residencia presidencial fue con Daniel Herrero, de Toyota; Antonio Aracre, Syngenta; Sergio Kaufman, de Accenture; y Laura Barnator, la número uno de Unilever. También participó Martín Guzmán, ministro de Economía.
Según Infobae, el clima fue bueno y ameno, y Fernández intentó llevar calma: sobre todo por el contexto de dudas por el resultado de las elecciones legislativas y en medio de la disparada del dólar blue. El acuerdo con el FMI y la importancia de generar consensos para un programa de equilibrio y con el menor ajuste posible fue otro de los temas centrales del encuentro. Además, se habló de subsidios y tarifas.
La cena duró unas cuatro horas y se extendió hasta la madrugada. La tenida arrancó con brusquetas y siguió un lomo con rosty, para terminar con una maratón de café y té.
En ese contexto, los ejecutivos volvieron a plantear la necesidad de acordar entre todas las fuerzas políticas, económicas y sociales algunos puntos urgentes que permitan acelerar, por ejemplo, un acuerdo con el FMI, proteger a los sectores más vulnerables de la sociedad y establecer un camino de disciplina fiscal.
La idea de un resultado no tan bueno el domingo sobrevoló la cena, aunque no se habló puntualmente del tema. Los empresarios creen que esa situación ya está descontada y que parte de la incertidumbre que genera el impacto de las urnas se ve, por ejemplo, en lo que pasa con la cotización del dólar libre.