A pocas semanas de que comience el invierno en Europa, el precio del gas no para de subir en el Viejo Continente. Ayer, según datos de la bolsa londinense ICE para los futuros de noviembre de 2021, en la apertura del mercado, el gas natural alcanzó el récord de US$ 1.600 por 1.000 metros cúbicos.
Además, el gas mayorista holandés de referencia para el mismo mes se multiplicó casi por ocho desde principios de año y alcanzó un máximo histórico de más de 150 euros por megavatio/hora (MWh).
Aunque la situación es crítica, desde Rusia creen saber cuál es la solución. Ayer, el viceprimer ministro Alexander Novak dijo que la certificación del gasoducto Nord Stream 2, que espera la autorización de un regulador alemán, podría enfriar los crecientes precios del gas en Europa.
El megaproyecto ruso, que costó US$ 11.000 millones y atraviesa el mar Báltico desde Rusia hasta Alemania, espera la certificación del país germano, la cual podría demorar algunos meses.
La construcción de Nord Stream 2, que posee una longitud de 1.200 kilómetros, se inició en 2015, pero recién fue finalizada hace pocas semanas, debido a los conflictos diplomáticos que generó.
Esto último se debe a que Estados Unidos considera que el proyecto aumentará la dependencia de Europa de la energía rusa y podría ser utilizado como un “arma geopolítica” por el presidente Vladimir Putin contra Ucrania.
Aunque durante muchos años Washington impuso sanciones contras las empresas constructoras, finalmente desistió ante la presión de Alemania, principal defensor europeo del proyecto.
Ahora, a pocas semanas de que entre en funcionamiento, Novak dijo que "uno de los factores que podrían enfriar un poco la situación actual definitivamente es la finalización de la certificación y la autorización más rápida para el suministro de gas a través del Nord Stream 2”.
