Según la Cámara de Comercio Británica en China, el 65% de las empresas británicas siente que la desaceleración de la economía china presenta un desafío mayor para sus operaciones en el Gigante Asiático que las estrictas restricciones que Pekín impuso durante la pandemia del coronavirus.
Si bien el "pico de pesimismo" registrado durante la pandemia está disminuyendo, las empresas británicas están retrasando la realización de nuevas inversiones en China ante la "floja" recuperación económica del país.
"En años anteriores, el 80% de las empresas invertían más debido al potencial del mercado, pero parece que ahora estamos entrando en una fase de verdadera claridad", dijo Julian Fisher, presidente de la Cámara.
"Las compañías son mucho más pragmáticas y hay mucha menos especulación", agregó Fisher, quien dirige una cámara compuesta por compañías como AstraZeneca, BP, Jaguar Land Rover y Shell, entre otras.
Según las opiniones de los miembros durante octubre y noviembre, el 60% de las empresas sentían que hacer negocios en China se había vuelto más difícil, y el 78% de dichas empresas culpaban a factores económicos.
"Las empresas británicas en China están efectivamente a flote, y muchas retrasan decisiones clave en torno a la inversión y la entrada al mercado", detalló el informe.
Más de la mitad de las empresas encuestadas dijeron que la geopolítica también hacía más difícil operar en China, mientras que el 43% luchaba con cuestiones regulatorias como la adquisición de licencias.
Además, poco menos de la mitad de las empresas enumeraron a China como una "prioridad media" o "prioridad baja", y solo el 40% de las empresas la registraron como una "prioridad alta" (en 2021-2022, el 59% la vieron como una alta prioridad). El año pasado, el comercio entre el Reino Unido y China ascendió a US$ 140.000 millones.
