Análisis

La última jugada de Israel deja a Medio Oriente al borde de la guerra total

Aunque Israel se encuentra en guerra desde hace ya casi un año, esta semana fue tapa de todos los diarios tras una histórica operación de inteligencia que golpeó directamente en el corazón del grupo terrorista Hezbolá. Sin embargo, muchos creen que la estrategia solo elevará más las tensiones en Medio Oriente.
Damián Cichero 20-09-2024
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Esta semana, Israel llevó a cabo lo que para muchos es una de las operaciones de inteligencia más importantes de la historia. 

Lo cierto es que, para otros, Tel Aviv cometió una imprudencia que acerca cada vez más a Medio Oriente a una guerra total. 

Pero, más allá de los puntos de vista, hay una realidad: tras interferir en los equipos de comunicaciones del grupo terrorista Hezbolá, más de 30 personas han muerto en Líbano, y más de 3.000 resultaron heridas (aunque muchas de ellas no son terroristas).

Mientras la guerra en Gaza se acerca al año, por el ataque a la red de comunicaciones de Hezbolá, Israel se ha adjudicado una victoria táctica de gran relevancia. 

En diálogo con El Economista, Andrei Serbin Pont, especialista en Inteligencia y Seguridad, explicó que "todo apunta a que, en algún momento, Israel ha logrado interceptar los beepers y manipularlos para la colocación de un pequeño dispositivo explosivo que podían detonar de forma remota".

"Se está hablando mucho de BAC Consulting, una empresa húngara que habría sido el intermediario que comercializó los dispositivos a Hezbolá, porque estos son producidos en Taiwán, entonces se está intentando averiguar en qué momento Israel ha accedido a los mismos para poder hacer esta modificación", agregó. 

Por el momento, no queda del todo claro por qué Israel realizó esta acción en este momento, aunque muchos sugieren que el objetivo es detener los ataques de Hezbolá en el norte de Israel y permitir que los más de 60.000 ciudadanos de la frontera norte regresen a sus hogares.

Sin embargo, según diversas fuentes, la operación no se produjo de la manera que esperaban, ya que el plan original era que, tras las explosiones, Israel realizara ataques ofensivos mientras Hezbolá todavía intentaba comprender qué sucedía. 

El problema habría sido que Hezbolá empezaba a sospechar, lo que obligó a Israel a adelantar sus planes. 

Al respecto, Serbin Pont no se muestra convencido de esa opción: "Me parece que, probablemente, hay un motivo que todavía no está del todo claro para hacer la operación ahora. Una de ellas puede ser que están preparando operaciones militares en la región y por eso han optado por neutralizar buena parte de las capacidades de comunicación de Hezbolá".

"Tengamos en cuenta que los beepers eran, principalmente, utilizados para poder movilizar a todo el personal en caso de una emergencia. Entonces, con eso, logran eliminar esa capacidad rápida de movilización. Además, hay una multiplicidad de sistemas que han sido penetrados por los servicios de inteligencia de Israel y así, en buena parte, disrumpen las líneas de comunicación de Hezbolá, limitando su capacidad de movilización", agregó. 

Sin embargo, más allá de los diversos puntos de vista, desde Occidente ven con muy malos ojos el accionar israelí porque creen que eso eleva aún más las tensiones en una de las regiones más calientes del mundo. 

Con este nuevo ataque, cada vez crece más el consenso sobre la idea de que Benjamin Netanyahu se beneficia con la prolongación de la guerra, a pesar de la presión de las familias de los rehenes y sus partidarios para que se llegue a un acuerdo que le ponga fin al conflicto. 

Por el momento, el Primer Ministro israelí insiste con que su país puede y va a obtener una victoria total sobre Hamás.

Benjamin Netanyahu

A esto se suma que la cifra de muertos continúa creciendo en el enclave palestino (ya son más de 41.000) y un alto al fuego parece cada vez más lejano, principalmente porque el líder de Hamás, Yahya Sinwar, exige tanto que Israel se vaya de la Franja de Gaza de forma permanente como una gran liberación de prisioneros palestinos a cambio de los rehenes israelíes que quedan en ese territorio.

Según el Financial Times, "Netanyahu parece haber hecho de la provocación su nueva estrategia (...) Los ataques asestaron un golpe humillante a la milicia respaldada por Irán, apuntando al corazón de su red de comunicaciones. Subrayaron la destreza de inteligencia de Israel y su capacidad para atacar a su enemigo en cualquier lugar, aparentemente a voluntad. Pero una vez más han puesto a Oriente Medio en vilo, aumentando el riesgo de una guerra regional en toda regla". 

"Netanyahu parece cada vez más empeñado en incitar a Hezbolá a una guerra total o provocar una reacción que Israel utilizaría para justificar una ofensiva terrestre en el Líbano. De lo contrario, está jugando peligrosamente con la idea de que Israel puede seguir escalando y esperar que la fuerza paramilitar libanesa muestre moderación o retroceda. Cualquiera que sea el caso, los ataques fueron actos imprudentes que avivan las llamas del conflicto", agregó el prestigioso medio británico. 

Aunque es difícil sacar conjeturas, la realidad es que en Israel van tomando conciencia de que, poco a poco, como ya sucedió en Afganistán, Estados Unidos comienza a abandonar a la región. 

Gracias a haber reducido su dependencia del petróleo de Medio Oriente, y a medida que crecen las tensiones con China, Washington comprende que sus intereses estratégicos se encuentran en la región del Indo-Pacífico, América Latina y una parte de Europa.

Por ello, tarde o temprano, tendrá que movilizar muchos de sus recursos en Medio Oriente para destinarlos a su disputa global con Pekín. 

Pero la mala noticia para Tel Aviv es que esto implicará menor margen de maniobra e incluso mayores esfuerzos de defensa, lo que probablemente también incite al gobierno a intentar definir el conflicto lo más rápido posible. 

A la hora de analizar si realmente estamos cerca de un conflicto a gran escala en Medio Oriente, Serbin Pont considera que los últimos sucesos "pueden tomarse como un indicio de que se vienen operaciones militares en el sur del Líbano. Justamente porque si vas a empezar a ejecutar este tipo de operaciones militares, está dentro de tu interés poder neutralizar las comunicaciones del enemigo, y esto lo han hecho de forma muy efectiva, aunque va a durar un tiempo limitado hasta que logren restablecer los mecanismos necesarios".

"Hay una ventana de oportunidad, pero hay que ver si toman acciones dentro de esa ventana. Si no, habrá quedado como una operación que buscó justamente tener impacto en términos de comunicaciones", agregó.

Por último, en un momento en el que el aumento del presupuesto de la SIDE es uno de los asuntos que mayores polémicas está generando en Argentina, el especialista fue consultado sobre si la operación de Israel demuestra la importancia de contar con una inteligencia eficiente.

Al respecto, opinó que "en Argentina este tipo de capacidades no está ni remotamente en el horizonte, ni siquiera para poder llevar adelante operaciones de inteligencia, y no estoy hablando de operaciones ofensivas, sino de operaciones de recopilación de información, porque hoy en día no hay redes para poder llevar a cabo estas tareas".

"Tampoco hay capacidades de contrainteligencia porque esas mismas redes tampoco existen. No hay redes de contrainteligencia que te permitan monitorear agentes o elementos foráneos que operen en territorio nacional y buscar la forma de neutralizarlos. Y no me refiero a neutralizarlos físicamente, sino que, si tenés conocimiento, se puedan tomar medidas, sobre todo en el ámbito diplomático, para expulsar a este tipo de agentes", agregó.

"Hoy en día, no hay una capacidad instalada, se ha ido perdiendo durante las últimas décadas, y eso a nosotros nos deja una situación de muy elevada vulnerabilidad", sentenció.