Como esperaba la mayoría del mercado, la Reserva Federal no modificó la tasa de interés y la mantuvo en un rango de 5,25% y 5,50%.
Es la segunda reunión de este año en la que la Fed no toca las tasas, pero dejó abierta la puerta para una suba antes de fin de año.
El recorte de las tasas deberá esperar hasta 2024 que cerraría con un nivel de tasas en torno al 5%. También se actualizaron las proyecciones de la entidad que ahora espera que la inflación subyacente se ubique en el 3,7% en el último trimestre del año, por debajo del 3,9% estimado en junio.
Todas las proyecciones mejoraron con relación a las de junio. La suba del PIB esperada pasó 1% a 2,1% y la tasa de desempleo de 4,1% a 3,8%.
En el comunicado posterior a la reunión la Fed reconoce que la actividad se sostiene en un buen nivel y que la creación de empleo, aunque se desaceleró, sigue siendo sólida.
De allí la acautela en no descartar otra suba de la tasa porque el objetivo siguen siendo que la tasa de inflación se ubique en el 2% en el mediano plazo.
- Además, se quiere observar el impacto que tuvieron las sucesivas suba de las tasa de interés porque la política monetaria siempre actúa con rezago.
La reacción de los mercados fue cauta en la medida en la decisión de la Fed estaba descontada.
Jerome Powell siempre sostuvo que las decisiones de la Fed se irían tomando en función de los indicadores que se vayan conociendo. De todas maneras, un nivel de tasas alto nunca es una buena noticia parea Wall Street.