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Aceleración

La Fed y el BCE a diferente ritmo

La realidad estadounidense y la de la zona euro difieren en materia de inflación

La Fed y el BCE a diferente ritmo
09 marzo de 2022

El índice de precios al consumidor en Estados Unidos que se conocerá mañana habría subido 7,9% anual en febrero según las estimaciones del mercado y significaría una aceleración con relación al 7,5% de enero. 

  • Desde hace cuarenta años que no se registran niveles de inflación tan altos y Jerome Powell advirtió la semana pasada en el Congreso que seguirán subiendo por el aumento en el precio de los alimentos y la energía que está provocando la guerra en Ucrania. 

El índice de febrero no captó plenamente todas las subas registradas en las últimas semanas lo que si ocurriría con el dato de marzo que daría cuenta de una inflación entre 8% y 9%.    

En ese contexto, se espera que la Reserva Federal suba la tasa de interés en un cuarto de punto en su reunión de la semana que viene luego de dos años en los que la mantuvo en 0% para sostener el nivel de actividad cuando irrumpió la pandemia. 

La mayoría de los analistas considera que la Fed subirá la tasa en seis oportunidades durante este año y señalan que tiene el desafío de frenar la inflación, pero sin precipitar a la economía a una desaceleración muy brusca o incluso a una recesión.

Pero antes de que se reúna la Fed, lo hará mañana el Banco Central Europeo. Los analistas no espera cambios inmediatos en su estrategia monetaria y la creencia dominante en el mercado de que habría dos subas de tasas este año dio paso a una visión más cauta a partir del ataque a Ucrania

Cualquier ajuste monetario del BCE será mucho más moderado que el de la Fed porque la realidad estadounidense y la de la zona euro difieren en materia de inflación.

Según Bloomberg, la suba de precios en la zona euro se origina más en las restricciones de oferta en algunos productos mientras que en Estados Unidos tiene más influencia una demanda fuerte de bienes y servicios. Los bancos centrales al subir la tasa pueden enfriar la demanda, pero no aumentar, por ejemplo, el suministro de energía.

El BCE se enfrenta con una inflación que llegó al 5,8% anual en febrero, casi triplicando su meta, y también tiene el desafío de bajarla sin frenar la economía.  Los principales bancos centrales del mundo irán ajustando sus políticas monetarias, pero lo harán a diferente ritmo.       

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