Continúan las repercusiones en Estados Unidos tras lo que podría ser el inicio de un juicio político en contra del presidente, Joe Biden.
La investigación, que se comenzará a realizar pese a que la Cámara de Representantes de mayoría republicana aún no la aprobó -algo que es legal-, buscará demostrar si el presidente sacó provecho o no, mientras fue vicepresidente de Barack Obama, de las empresas comerciales en el extranjero de su hijo Hunter Biden.
Como era de esperar, los demócratas están intentando ridiculizar el caso, tal como sucedió con el senador de Pensilvania, John Fetterman, quien al enterarse se llevó las manos a la cabeza fingiendo horror y dijo "Dios mío, ¿en serio?", antes de comenzar a reírse.
En general, los legisladores demócratas han calificado la investigación como "absurda", "una broma" y un "nuevo objeto brillante de los republicanos para distraer al público".
Por su parte, la Casa Blanca niega cualquier irregularidad y consideró que la medida de juicio político es "política extrema en su peor expresión".
Al poseer mayoría en la Cámara de Representantes, es probable que los republicanos aprueben el inicio del juicio, aunque difícilmente Biden sea destituido, ya que los demócratas dominan el Senado.
Sin embargo, la investigación podría ensombrecer la campaña presidencial de Biden de cara a 2024, ya que seguramente atraerá la atención de los medios, especialmente en los medios de comunicación conservadores, y desviará la atención de los mensajes de campaña de Biden sobre la economía y otros temas.
