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Europa, preocupada por la inminente crisis migratoria afgana

Europa, por cercanía geográfica y motivos geopolíticos, será el área que más padecerá la inestabilidad afgana y será el área que, por sobre todas, recibirá las olas migratorias que se generarían en los próximos meses

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Paolo Rizzo 25 agosto de 2021

Por Paolo Rizzo

La caótica retirada de Estados Unidos en Afganistán y la rápida toma del poder de los talibanes está generando pánico en todas las cancillerías europeas, y no solamente por la necesidad de evacuar el personal militar y civil. La presencia de los países europeos en Afganistán no era comparable por tamaño a la de EE.UU. y, en consecuencia, los europeos no están teniendo dificultades en manejar su retirada.

Pero terminada la evacuación se abrirá otra fase. Por un lado, EE.UU. estará relativamente indiferente hacia la geopolítica afgana y sus consecuencias. Su única preocupación sería la de detener cualquier forma de terrorismo. Por otro lado, Europa, por cercanía geográfica y motivos geopolíticos, será el área que más padecerá la inestabilidad afgana. En pocas palabras, será el área que, por sobre todas, recibirá las olas migratorias que se generarían en los próximos meses.

No hay duda que abrir las fronteras a los inmigrantes afganos sería un deber. Sobre todo, considerando que los países europeos estuvieron involucrados en el conflicto afgano por 20 años. Pero la sensibilidad europea al tema migratorio ha cambiado drásticamente en 2015 cuando los países europeos abrieron sus fronteras recibiendo más de 1,5 millones de inmigrantes sirios.

Cuando Europa se dio cuenta que no podía acoger más, en el intento de frenar ulteriores flujos migratorios, firmó un pacto con el presidente turco Recep Erdogan para que Turquía retuviera a todos los inmigrantes provenientes de Siria. A cambio, Ankara recibió 6.000 millones de euros y facilidades para los ciudadanos turcos que aplicaban para obtener la visa. Fue un acuerdo criticado por muchas ONG: Europa estaba pagando a un régimen autocrático para que retuviese personas.

Ese año fue un punto de inflexión para Europa. Desde ese momento los partidos políticos anti-inmigración y de derecha ganaron consenso en toda Europa. La Liga de Salvini en Italia llegó al Gobierno gracias a su propuesta de cerrar los puertos. En España, Vox pudo emerger gracias a sus posiciones sobre la inmigración. El tema de la inmigración fue decisivo para que los británicos votaran el Brexit.

Se produjeron diferencias entre las políticas migratorias nacionales. Italia y Grecia cerraron sus puertos mientras su policía de frontera impedía la llegada de inmigrantes. Mientras tanto los Gobiernos del este de Europa levantaron muros entre ellos y los países extra-UE. Es el caso de Hungría y Croacia pero también Polonia que, unos días atrás, anunció la intención de construir un muro en la frontera con Bielorrusia.

No sorprende que los gobiernos europeos quieren evitar a cualquier costa otra crisis como la de 2015. Además, en los próximos meses habrá elecciones nacionales en Francia y Alemania. Si el tema inmigratorio volviera a ser central en el debate público, los partidos anti-inmigración podrían tener una ventaja inesperada.

Según el presidente francés Emmanuel Macron, una posible solución sería pagar a los países de tránsito para que retengan a los refugiados allí. Pero actualmente casi 3,6 millones de sirios viven de refugiados en Turquía. ¿Qué pasaría si llegara la misma cantidad de afganos? ¿Puede Turquía, un país que vive una fase de estancamiento económico, acoger también a los migrantes afganos?

Además, los gobiernos autocráticos que están entre Afganistán y Europa, entre ellos Turquía e Irán, saben que retener migrantes en sus fronteras es una forma para poner presión a la UE y ganar algo a cambio. Cuando el flujo de migrantes afganos llegue a estos países, los dos países tendrán un poder contractual enorme para obtener más concesiones de Europa. De hecho, hace algunos meses, Erdogan pudo obtener otro cheque de 3.500 millones de euros Europa para seguir reteniendo a los inmigrantes sirios.

Frente a una crisis a punto de estallar, el primer paso para los países europeos sería intentar definir una estrategia común. Lo han intentado en una reunión del G7 ayer. El presidente italiano Mario Draghi anunció la posibilidad de que Italia organice un G20 en las próximas semanas. Se buscará un acuerdo también con China y Rusia. Pero es probable que sea otro intento para sumar países que no estén realmente interesados en solucionar un problema europeo.

Mientras tanto, una multitud de ciudadanos afganos intentará huir de su país hacia Europa. Acogerlos o no acogerlos, he ahí el dilema para Europa.

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