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Elecciones

El "reinado" de Erdogan en Turquía podría llegar a su fin

Este domingo, mientras EE.UU. y la UE observan con atención, millones de turcos votarán para elegir a su presidente y a 600 nuevos miembros del Parlamento. Aunque Erdogan se mantiene con chances de ser reelegido, los sondeos lo ubican segundo por detrás de Kemal Kiliçdaroglu.

El "reinado" de Erdogan en Turquía podría llegar a su fin
Damián Cichero 11 mayo de 2023

Este domingo 14 de mayo, más de 60 millones de turcos estarán habilitados para ir a las urnas y elegir a su presidente, así como a 600 nuevos miembros del Parlamento.

Los comicios se dan justo en el año en que la República de Turquía, creada en 1923, cumple su centenario. Fue ese año cuando Mustafa Kemal Atatürk, uno de los miembros más destacados del Movimiento Nacional turco, se convirtió en el primer presidente del país. 

Las elecciones estaban pautadas para junio, pero fueron adelantadas por una cuestión simbólica, ya que fue el 14 de mayo de 1950 el año en que se realizaron las primeras elecciones democráticas del país. 

Sin embargo, más allá de las fechas festivas, los comicios se dan en un complejo contexto social: por un lado, se realizarán tan solo un par de meses después de una serie de históricos terremotos que mató a más de 50.000 personas. El Banco Mundial estimó que la catástrofe natural dejó daños por más de US$ 34.000 millones y generó una pérdida de hasta el 1% del PIB este año. 

A esto se suma que el país atraviesa una severa crisis económica, en la que la lira turca se ha devaluado considerablemente frente al dólar, mientras que la inflación en 2022 alcanzó casi el 70%.

Principalmente, la crisis es consecuencia de la decisión del presidente Recep Tayyip Erdogan de reducir las tasas de interés pese a la inflación. Esto provocó que la lira perdiera más del 40% de su valor frente al dólar en 2021 y otro 30% en 2022, a lo que se suma que la inflación interanual llegó a ser del 85,5% el año pasado. 

Por último, un factor clave para el próximo domingo será que, por primera vez, más de seis millones de jóvenes (7% del padrón) podrán votar, lo que podría inclinar claramente la balanza.

Los candidatos

Aunque varias personas irán en busca de la presidencia, son Erdogan y el candidato de la opositora Alianza por la Nación, Kemal Kiliçdaroglu, quienes tienen verdaderas chances de imponerse. 

Erdogan, de 69 años, se convirtió en primer ministro en 2003 y estuvo en ese cargo hasta 2014, año en el que fue electo presidente. 

Hasta ese año, el cargo de presidente duraba siete años, no era reelegible y tenía pocas competencias ejecutivas. Sin embargo, el propio Erdogan impulsó una reforma en 2017 que eliminó la figura del primer ministro, dio al presidente el control del gobierno y estableció que este podía ser elegido por dos mandatos de cinco años cada uno.

Así, bajo esta nueva Constitución, en 2018 se realizaron nuevas elecciones y Erdogan fue reelecto para su "primer" mandato de cinco años, lo que ahora le permitirá ir por la reelección y su último mandato. 

Sin embargo, como ya se mencionó, una serie de crisis ha puesto seriamente en duda la reelección de Erdogan, quien ve cómo Kiliçdaroglu, también conocido como "el Gandhi turco", lo supera en la mayoría de las elecciones.

Kiliçdaroglu, que ya fue derrotado por Erdogan en nueve elecciones, es el líder de la alianza opositora que incluye a kurdos, conservadores moderados, derechistas e izquierdistas. 

Teniendo en cuenta que Turquía supuestamente es un Estado laico, la coalición opositora se opone principalmente al carácter religioso que Erdogan ha aplicado a su gestión. 

Y recientemente, el panorama de Erdogan se ha complicado aún más, luego de que el izquierdista Muharrem Ince bajara su candidatura. 

Según una encuesta de Konda, que se realizó antes de la baja de Ince, Kiliçdaroglu alcanzaría el 49,3% de los votos, seguido por Erdogan con el 43,7%. Por su parte, un sondeo de Metropoll le daba a Kiliçdaroglu el 49,1% y a Erdogan el 46,9%. 

En ambos casos, Kiliçdaroglu no alcanzaría el 50,01% para imponerse en la primera vuelta, por lo que todo se definiría en un balotaje el 28 de mayo. Los resultados definitivos se conocerán el 19 de mayo y, según las cifras históricas, se espera una participación de entre el 80% y 90%. 

El dato llamativo es que, según los datos de Konda, es el partido de Erdogan el que se convertiría en la mayor fuerza del Parlamento con el 44% de los votos, mientras que la oposición sería la segunda con el 39,9%. 

El mundo observa

Históricamente, Turquía, heredera del Imperio Otomano, ha desempeñado un papel trascendental en la geopolítica de Europa, Asia y África. Por ello, las principales potencias del mundo estarán muy atentas a los acontecimientos. 

Por un lado, cabe recordar que en 2016 Turquía y la Unión Europea firmaron un pacto en el que acordaron que todas las personas que llegaran irregularmente a las islas del Egeo, incluidas las solicitantes de asilo, serían devueltas a Turquía. El acuerdo se concretó en el marco de la crisis de refugiados que surgió en el Viejo Continente por la guerra civil en Siria. 

Sin embargo, la oposición liderada por Kiliçdaroglu aboga por el retorno voluntario de los refugiados a Siria y, si es necesario, renegociar el acuerdo alcanzado con Bruselas. Se estima que el país alberga a 4 millones de personas refugiadas, entre las que hay 3,6 millones procedentes de Siria.

Otro dato importante es que, en 1999, Turquía fue reconocida formalmente como candidato a la plena adhesión a la UE. Pero, el año pasado el Parlamento Europeo decidió que Ankara seguía sin hacer avances en reformas y descartó negociar la adhesión.

Por otra parte, Turquía es un aliado clave para Estados Unidos en el marco de la OTAN, alianza militar al que el país asiático se unió en 1952 para contener el avance de la Unión Soviética en la región. De todas formas, las relaciones entre Ankara y Washington se han deteriorado por la decisión de Erdogan de adquirir el sistema antiaéreo ruso S-400.

A esto se suma que, en el marco de la guerra entre Rusia y Ucrania, el gobierno de Erdogan se niega a aceptar la incorporación de Suecia a la alianza militar, ya que considera que el país nórdico apoya a los kurdos del PKK, a los que Estados Unidos y la UE también consideran una organización terrorista. 

Sin embargo, el mandatario también tiene cosas a favor: ha tenido un papel crucial como mediador entre Moscú y Kiev para alcanzar un acuerdo de granos en plena crisis alimentaria. 

En el acuerdo, que permite la comercialización de cereales ucranianos a través del mar Negro, Turquía tiene un papel trascendental ya que es el país encargado de controlar que los barcos que ingresan y salen de Ucrania no lleven armas de contrabando.

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