A menos de un año de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Joe Biden ha recibido una muy mala noticia: la Cámara de Representantes autorizó formalmente una investigación de juicio político en su contra.
La Cámara, controlada por los republicanos, votó 221-212 para aprobar la investigación que examina si Biden se benefició indebidamente de los negocios extranjeros de su hijo Hunter Biden, de 53 años. La votación se concretó tres meses después de que los republicanos iniciaran informalmente la investigación.
Como era de esperar, la Casa Blanca desestimó la investigación por no estar fundamentada en hechos y comunicaron que está basada en motivaciones políticas.
Es casi seguro que el esfuerzo no logrará destituir a Biden de su cargo, ya que el Senado tendría que votar para condenarlo por los cargos con dos tercios de los votos, algo casi imposible si se tiene en cuenta que los demócratas tienen mayoría allí.
Sin embargo, el proceso podría ayudar a los republicanos a resaltar sus acusaciones de corrupción durante gran parte de la campaña de 2024.
La autorización legal podría obligar a la administración de Biden a cooperar, además de que ayudaría a contrarrestar las acusaciones de los demócratas, que dicen que la investigación carece de legitimidad.
Según los republicanos, cuando Biden fue vicepresidente de Barack Obama, entre 2009 y 2017, se benefició de los negocios de su hijo en Ucrania y China.
En este sentido, han proporcionado pruebas de que Hunter les hizo creer a sus clientes que podía proporcionar acceso a la oficina del vicepresidente, aunque no han podido demostrar que Biden tomara alguna medida oficial para ayudar a esas empresas o de que se haya beneficiado financieramente de ellas.
Tras conocer la noticia, Biden criticó a los republicanos, los cuales se oponen a proporcionar fondos de emergencia para Ucrania e Israel: "En lugar de hacer algo para ayudar a que los estadounidenses se vuelvan más poderosos, están enfocados en atacarme con mentiras".
