En la actual disputa global entre Estados Unidos y China, que va desde una histórica guerra comercial hasta una nueva carrera espacial, el conflicto por el acceso a los semiconductores parece ser el área de mayor tensión.
Prueba de ello es que Washington y Pekín intentan limitarse mutuamente el acceso a este tipo de tecnologías.
Por ello, conscientes de este asunto, desde el Gigante Asiático planean lanzar un nuevo fondo de inversión, respaldado por el Estado, que apunta a recaudar alrededor de US$ 40.000 millones para su sector de semiconductores.
Es probable que sea el mayor de los tres fondos lanzados por el Fondo de Inversión en la Industria de Circuitos Integrados de China, también conocido como el Gran Fondo.
Su objetivo de 300.000 millones de yuanes (US$ 41.000 millones) supera a fondos similares en 2014 y 2019, que, según informes del gobierno, recaudaron 138.700 millones de yuanes y 200.000 millones de yuanes, respectivamente.
El presidente Xi Jinping ha subrayado durante mucho tiempo la necesidad de que China alcance la autosuficiencia en semiconductores, los cuales son de vital importancia en pleno siglo XXI: son utilizados en todo tipo de artefactos, desde los objetos más simples, como un teléfono celular, hasta en las naves espaciales con las que se explora el espacio.
Y esta necesidad se ha vuelto aún más apremiante después de que Washington impusiera una serie de medidas de control de exportaciones en los últimos años, citando temores de que Pekín pudiera usar chips avanzados para aumentar sus capacidades militares.
En octubre, Estados Unidos implementó un amplio paquete de sanciones que cortó el acceso de China a equipos avanzados de fabricación de chips, medidas que adoptaron algunos de sus aliados, como Japón y los Países Bajos.
