La jornada de hoy puede ser considerada clave en lo que respecta al conflicto entre Rusia y Ucrania. El presidente de Estados Unidos se reunió con el canciller alemán Olaf Scholz, mientras que el mandatario francés Emmanuel Macron viajó a Moscú para verse cara a cara con Vladimir Putin.
En las próximas semanas, se cumplirá otro aniversario de la invasión rusa a Crimea en 2014 y, para muchos especialistas, una nueva incursión podría producirse para fines de febrero, ya que es el momento en que el terreno está más apto.
Por ello, con más de 100.000 soldados rusos en la frontera con Ucrania, hoy Biden recibió a Scholz en Washington para intentar coordinar una respuesta en el caso de que Putin decida atacar.
Justamente, Alemania es uno de los miembros de la OTAN que más reacio se muestra a sancionar a Rusia, ya que es altamente dependiente de su gas y teme que Moscú, como represalia, corte el suministro en pleno invierno.
Tras su cumbre, el líder demócrata dijo que “Alemania es uno de los aliados más cercanos de EE.UU. (…) Estamos trabajando como un frente unido para disuadir aún más a Rusia de una agresión en Europa”.
Además, dijo que llegó a un acuerdo con Scholz y que "si Rusia invade, eso significa tanques o tropas cruzando la frontera de Ucrania nuevamente, entonces ya no habrá más un Nord Stream 2 y le pondremos fin", mientras que el canciller alemán dijo que ambos países “están absolutamente unidos”.
Unas horas antes, al otro lado del Atlántico, Macron se había reunido en Moscú con Putin para intentar encontrar una solución diplomática al conflicto.
Macron, que desde enero ostenta la presidencia de la Unión Europea, actualmente es el principal líder europeo que participa de las negociaciones entre Occidente y Rusia. Hoy, su principal mensaje para Putin fue que había que evitar una guerra.
Sentando en un extremo de una larga mesa blanca, y separado de Putin por varios metros, Macron le dijo al líder ruso que “nuestro continente está hoy en una situación muy crítica, lo que nos obliga a ser extremadamente responsables”.
“Una respuesta útil es una respuesta que, por supuesto, nos permita evitar la guerra y construir ladrillos de confianza, estabilidad y visibilidad”, agregó el mandatario galo.
Por su parte, Putin dijo que ve “los esfuerzos que está aplicando el liderazgo actual de Francia y el presidente personalmente para resolver la crisis relacionada con brindar seguridad igualitaria en Europa desde una perspectiva histórica seria”.
“Es muy posible que varias de sus ideas y propuestas sean la base para nuestros próximos pasos conjuntos”, agregó.
Desde el Kremlin rechazan las acusaciones sobre un plan de invasión e insisten con acusar a la OTAN de expandirse deliberadamente hacia el este, rompiendo el equilibrio de poder en la región. Por ello, exigen garantías formales de que Ucrania no se unirá a la alianza transatlántica.
Por su parte, Macron, que intenta convertirse en una especie de mediador, no cede terreno, pero reconoce que "el objetivo geopolítico de Rusia hoy claramente no es Ucrania, sino aclarar las reglas de convivencia con la OTAN y la UE".
Tras el retiro de la política de la excanciller alemana Angela Merkel, quien lideró al bloque europeo durante 16 años, la actual crisis podría ser una oportunidad única para que Macron se afiance como el nuevo líder del Viejo Continente más allá de su actual presidencia rotatoria de seis meses.
Por otra parte, desde la época de Charles de Gaulle, Francia nunca se ha subyugado al poder de Estados Unidos y ha mantenido una política exterior más independiente, la cual Macron ya confirmó que desea continuar. Así, el líder galo asoma como el mediador ideal para bajar las tensiones y a Putin parece agradarle la idea.
