De cara a la cumbre que los líderes de la Unión Europea mantendrán este viernes, uno de los temas que abordarán es el de conservar la ventaja industrial del bloque y su competitividad en un mundo que se inclina cada vez más hacia productos digitales y ecológicos.
Para empezar, la UE quiere limitar su dependencia de ciertos productos estratégicos, en particular los necesarios para su transición verde, como el litio utilizado en las baterías de los vehículos eléctricos o las tierras raras, que se encuentran en los imanes de las turbinas eólicas.
Pero el problema es que es China quien hoy en día procesa casi el 90% de las tierras raras y el 60% del litio a nivel mundial.
Por ello, la UE apunta a impulsar la extracción, el reciclaje y el procesamiento interno de las necesidades críticas de materias primas para 2030 y garantizar que ningún tercer país proporcione más del 65% de ningún mineral clave.
Pero, conscientes de la importancia económica que tiene China para la UE, desde Bruselas dejan en claro que reducir el riesgo no significa desvincularse del Gigante Asiático, aunque también se aclara que se ha aprendido una dura lección al depender de Rusia para el gas natural y luego quedar aislada tras la invasión Ucrania en 2022.
Actualmente, el déficit comercial de la UE con China es de 400.000 millones de euros, el doble que hace cinco años.
Por otra parte, la UE busca consensuar una "estrategia de seguridad económica" para mitigar las actuales tensiones geopolíticas.
La estrategia se centra en los riesgos para la resiliencia de la cadena de suministro, la seguridad física y cibernética de la infraestructura crítica, la seguridad tecnológica y las fugas y la militarización de las dependencias económicas o la coerción económica.
La Comisión Europea ha propuesto realizar evaluaciones de riesgo en estas zonas y, para mitigar los riesgos, la UE podría invertir para impulsar su propia competitividad o forjar asociaciones con una amplia gama de países.
Además, podría poner medidas protectoras, incluido el instrumento anticoerción, o imponer controles a las exportaciones o inversiones en terceros países.
La Comisión ha recomendado evaluaciones para una lista de cuatro tecnologías: semiconductores avanzados, inteligencia artificial, cuántica y biotecnología.
