El Economista - 70 años
Versión digital

sab 20 Abr

BUE 19°C
Posición

Para JP Morgan, el plan Massa no es consistente y está lejos de ser un programa de estabilización

Wall Street aún duda de que sea un plan consistente que vaya a funcionar y se mantiene el escepticismo

"Apuntando a un puente hacia 2024", así se titula el último reporte del banco, firmado por el economista uruguayo Diego Pereira
"Apuntando a un puente hacia 2024", así se titula el último reporte del banco, firmado por el economista uruguayo Diego Pereira
Leandro Gabin 11 octubre de 2022

Mientras que Sergio Massa define su agenda en otro viaje hacia Estados Unidos para reunirse con los organismos de crédito, Wall Street aún duda de que sea un plan consistente que vaya a funcionar y se mantiene el escepticismo. 

"A pesar del probable cumplimiento de las metas fiscales en el programa con el FMI, los desequilibrios macro prevalecientes hacen poco probable considerar un escenario de desaceleración de la inflación por delante en ausencia de un programa de estabilización ortodoxo y consistente", remarcó el último reporte de JP Morgan del viernes pasado. 

"Apuntando a un puente hacia 2024", así se titula el último reporte del banco estadounidense firmado por el economista uruguayo Diego Pereira. 

Allí plantea algunos interrogantes claves:

  • “Los desequilibrios macro prevalecen a pesar de los esfuerzos recientes para controlar el gasto y acumular reservas”
  • “Es poco probable que la inflación disminuya sin un cambio en el marco político”
  • “Hay un entorno más desafiante para el crecimiento futuro”

La entidad destacó, no obstante, algunas medidas que viene tomando el Gobierno para recuperar reservas, el segundo principal objetivo de la política a corto plazo (después de la fiscal) en medio del deterioro de la balanza comercial por el aumento real de importaciones y servicios. 

Economía recurrió a ofrecer un tipo de cambio nominal más alto temporalmente para alentar a los productores de soja e inducir la comercialización de cultivos retenidos. La medida funcionó y el Banco Central compró reservas por alrededor de US$ 5.000 millones en todo el mes de septiembre. Por lo tanto, las reservas netas de divisas cerraron el tercer trimestre arriba de US$ 6.000 millones, según el banco. 

Pero la brecha entre el oficial y el paralelo se mantienen por encima del 100%, a pesar de la aceleración del crawling peg. Así, según JP Morgan, el stock de reservas netas cerraría el año en US$ 6.500 millones, léase aún por debajo de la nueva meta “mejorada” por el organismo en los últimos días. 

JP Morgan también alertó por la "tendencia alcista de los pasivos en moneda local remunerados a no remunerados del BCRA que le pone un piso a inflación en el futuro, en ausencia de un impulso de credibilidad repercutiendo en un salto en la demanda real por el peso". 

Cuando comenzó el año, el mercado se enfocaba en el apoyo financiero directo al Tesoro, que se convirtió en un objetivo del programa del FMI con el objetivo de asegurar la creación de dinero. Pero durante el año otras fuentes expansivas se sumaron a la depreciación de la moneda. 

JP Morgan señala, en particular, la presencia del Banco Central en el mercado para respaldar los bonos del Tesoro (alrededor del 30% de la base monetaria se explicó por eso); junto con la compra de DEG para financiar el Tesoro (por una suma del 8,2% de la base monetaria del final del 2021) y más recientemente la expansión asociada con la compra de reservas a un precio superior al oficial nivel del tipo de cambio (superior al 23% del 2021). 

"El stock de pasivos remunerados en moneda local saltó en comparación con la base monetaria, y por la tercera semana de septiembre superó el 200%, por encima de los niveles observados antes de la crisis repentina de 2018", alertó Pereira. 

Con respecto a lo fiscal, la entidad remarca que el objetivo de este año dentro del programa del FMI ahora parece factible, gracias a una mayor inflación. "Las medidas fiscales recientemente puestas en marcha, junto con la revisión al alza de la previsión de inflación, nos impulsó a ajustar el déficit fiscal primario de 2022 a 2,5% del PIB, en línea con la meta del FMI", acota. 

Sin embargo, JP Morgan reconoce que el riesgo es un mayor gasto social hacia el final del año en medio del inicio del ciclo electoral. En términos de objetivos trimestrales, el FMI anunció la revisión del segundo trimestre y el objetivo se cumplió, como se esperaba. 

Para el tercer trimestre, teniendo en cuenta la consideración de los objetivos trimestrales revelados en la anterior revisión, el Tesoro tendría margen para un déficit fiscal de 0,2% del PIB ($160.000 millones) en septiembre, que la entidad cree que es factible dada la mayor ganancia inesperada de exportación en el mes ($ 300.000 millones o 0,3% del PIB). 

En esta nota

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés