Panorama
Lentamente van apareciendo estadísticas y comienzan a llegar los nuevos precios, los números son peores a los que se esperaba, algunos economistas liberales especializados están haciendo advertencias y, frente a una empecinada respuesta del Gobierno el mercado financiero, que venía como una tromba, mostró algunos signos de inquietud.
Ni bien asumió este gobierno libertario de Javier Milei, un cúmulo de economistas liberales de larga trayectoria mostraban gran entusiasmo, pero al ver de qué modo se van tomando algunas decisiones se realizan observaciones y, de manera inquietante, los inversores ven que el fanatismo instalado en la presente administración se parece tanto al que tenía La Cámpora con el kirchnerismo, y la ilusión y la confianza que tanto se necesitan responde a las críticas que llegan con una definición que asusta: "Son traidores".
Hubo encima algunos ingredientes que le agregaron burbujas al caldo. Se conoció que la inflación de la Ciudad de Buenos Aires fue del 13,2% en marzo y ascendió a 285,3% el último año (un dato alto a las puertas de este viernes a las 16, cuando sale el número del IPC nacional). Además, el Indec dio números de la industria y de la construcción de febrero: la actividad industrial cayó 9,9% anual (0,7% abajo de enero) y la construcción se retrajo 24,6% anual (2,6% menos que enero). Y, además de los galácticos precios de las prepagas, están llegando las facturas de la electricidad: el tradicional bar Pichín, de Avenida de Mayo, mostró boquiabierto cómo su pago sube de $156.000 a nada menos que $505.000.
Todo eso hizo brotar dos ideas: cuán sustentable es este ajuste (que encima habría tenido déficit financiero en marzo) y cuánto tiempo durará la paciencia social para aguantar todo este ahogo. Por eso, en línea con muchos analistas advirtiendo que el tipo de cambio se atrasa y que la Argentina se pone cara en dólares, y con eso tanto el blue como los dólares financieros libres tuvieron un repunte. Los bonos que parecían imparables frenaron, el riesgo país subió apenas. Y solo la Bolsa siguió bien para arriba y con muchos negocios, destacándose según el Gobierno como un sector donde "la ven".
Este momento bisagra de Argentina viene acompañado por tensiones también globales, por sobre todo geopolíticas (Japón acaba de anunciar que vuelve a armarse, algo que no hacía desde Nagasaki) pero también inflacionarias. EE.UU. está por dar su IPC y las tasas largas de EE.UU. están colgadas de una cima: se pagó 5,1% anual a 1 año de plazo, 4,4% a 5 años, 4,4% a 10 años y 4,5% a 30 años, y crece el temor en los inversores de que la Fed tardará más tiempo en bajar su tasa base. Así, en el exterior el dólar subió 0,5% en México y 0,1% en China, no cambió contra el euro pero bajó 0,1% en Japón, 0,2% contra la libra, 0,3% en Chile y cedió 0,5% en Brasil.
Y a nivel local, la pax cambiaria tuvo un leve suspira. Con el dólar exportador anclado en $ 936,66, el BCRA compró US$ 242 millones en el mercado y al final del día el BCRA sumó otras US$ 138 millones a las reservas (por lo que la posición neta supera otra vez los US$ 29.000 millones). Pero muchos pequeños inversores empiezan a creer que el dólar actual ya es barato.
Por eso, el dólar blue saltó $15 hasta $1.000, el Senebi subió $6,82 hasta $1.045,35 , el MEP saltó $14,49 hasta $1.000,35 y el contado con liquidación subió $6,55 hasta $1.045,18 . Y con eso, la brecha entre oficial y blue fue del 10% y la brecha entre el CCL y el mayorista fue del 21%.
Y los títulos públicos, que eran un vellocino de oro, ya no tuvieron tanto empuje. Con volumen intermedio y muy diversificado, los bonos argentinos tuvieron una leve baja del 0,3%, por lo que el riesgo país subió 15 unidades hasta 1.220 puntos básicos.
En realidad la sensación de duda reina en todos los mercados. Con todo lo que está pasando los inversores se van bajando de lo que consideran ya tienen precios demasiado altos. Así, hubo otro cierre mixto en la bolsa de Nueva York: el Dow cedió 0,1% el S&P subió 0,1% y el Nasdaq mejoró 0,3%. En tanto que la bolsa de San Pablo mejoró 0,8% y la Bolsa de México bajó 0,7%.
Y en el mercado bursátil local, con $41.462 millones operados en acciones y $25.389 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires subió 1,9%. Mientras que las ADR argentinas que se negocian en NY tuvieron una realidad mucho más selectiva, sin tener un brinco en bloque como sucedió últimamente: hubo suba del 1 al 3% para Galicia (que compró la estructura local del HSBC), Despegar y Macro, con bajas del 1 al 3% para Edenor, TGS, Supervielle y Loma Negra.
Todo este marco está encontrando a las materias primas en zona de límite. Hubo una baja del 1,4% para el petróleo, los metales básicos mostraron precios mixtos y los granos anotaron bajas en todos los rubros de Chicago, mientras que en Rosario hubo subas para el maíz y el trigo, pero bajas para el girasol y la soja.
Pero probablemente donde más se notaron los signos de preocupación y cuidado fue en los valores relacionados con las posiciones de refugio. Los metales preciosos siguieron avanzando, con el oro en un nuevo récord pero con la onza de plata como la inversión brillante de este momento, ya acercándose a los US$ 29. Y los que parecían comerse los chicos crudos, ya que está por venir el halving (la menor emisión cripto) fue lo que pasó con el bitcoin, que retrocedió 3,8%, con panorama ultra selectivo para todas las monedas de ese panel.
