Mientras que la interna del Gobierno sigue a flor de piel y Juntos por el Cambio tiene más potenciales candidatos para el 2023 que propuestas concretas, el fenómeno de Javier Milei (el tercero en discordia que amenaza por inclinar la balanza hacia un lado o el otro) empieza a llamar la atención a Wall Street.
El economista liberal, devenido en diputado y potencial contendiente en las próximas presidenciales, es la figurita nueva (y desconocida) para los portfolio managers de los grandes fondos de Nueva York.
Milei es hoy el único político argentino que despierta cierto interés entre los inversores. "Al resto (de los potenciales candidatos) ya los conocen, y la verdad que no hay nada nuevo. En cambio, con Javier está al menos la intención de querer escucharlo, saber qué piensa. Es el nuevo en la política argentina que todas las encuestas lo dan como alguien a tener en cuenta", resume un banquero que está intentando armar esas reuniones entre Milei y los fondos.
Desde otro banco de Wall Street confirmaban que los inversores quieren escuchar los planes de Milei. "Hay interés por conocerlo. Por ahora están en esa etapa. No hay una valoración de su supuesto plan económico ni nada de lo que dice por los medios. Creo que quieren ver qué tan en serio es. Para los inversores es un personaje desconocido y tan sólo despierta curiosidad e interés", definió el gerente de una entidad en Nueva York.
Todavía no hay fecha para un eventual encuentro entre el histriónico candidato y los inversores en la Gran Manzana, pero hay mucha gente interesada en que se produzca.
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No es extraño que cuando se le pregunta a los portfolio managers de Estados Unidos sobre Argentina, excepto este caso de Milei, haya total apatía.
En Wall Street y Los Angeles (la otra gran plaza de los fondos de inversión) conocen muy bien a otros potenciales competidores para el 2023 y tan lejos aún de la época electoral, no hay interés por volver a charlar.
Eso pasa, por ejemplo, con Horacio Rodríguez Larreta, que es la cara más conocida para el mercado. Estuvo en noviembre pasado de gira por EE.UU. y cubrió la costa este y oeste. Algo similar sucede con María Eugenia Vidal. Tampoco atrae porque ya saben quién es y cómo piensa.
Patricia Bullrich, que ahora estaría abandonando la idea de cortarse sola y estaría empezando a cerrar filas con el jefe de Gobierno porteño, estuvo en Estados Unidos hace poco más de un mes y pasó por las oficinas del JP Morgan. Fue escoltada por Leandro Cuccioli (ex Morgan y ex jefe de la AFIP de Mauricio Macri) y el financista Tomás Arlía. Más allá de que es una figura aún no tan conocida y pocos creen que tenga el piné para competir por la presidencia, le "resta" a la hora de armar un call con los inversores el hecho de que no hable inglés.
"Hoy por hoy es difícil vender algo de Argentina a los fondos de afuera. La verdad es que el interés es casi nulo. Milei tiene de positivo que no es conocido, mide bien, y además tiene una personalidad que llama la atención", remarcan quienes reciben pedido de sus clientes para que haya algún call con el referente de la Libertad Avanza.
La atención en el ámbito local sigue pasando por la interna dentro del oficialismo y la respuesta que se espera termine dando Cristina Kirchner este viernes en su acto en el Chaco. La vicepresidente expondrá en el Salón de Convenciones Gala de la capital chaqueña con un sugestivo título: "Estado, Poder y Sociedad: la insatisfacción democrática". Se descuenta que habrá un nuevo tiro por elevación a Alberto Fernández, en este divorcio que ambos llevan en público ante 45 millones de argentinos.
Las tensiones en el oficialismo no son novedad y muchos creen que tampoco cambiarán en los próximos meses. Esas son malas noticias para la economía y la inflación porque no hay ancla ni expectativa que pueda cambiar el malhumor. "Hay más problemas políticos que económicos, si no solucionan los problemas políticos es difícil que se acomoden en lo económico", dice el secretario general de Fatsa, la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina, Carlos West Ocampo.
El experimentado sindicalista, que acaba de cerrar una paritaria con aumento del 60%, cree que la madre del descalabro económico tiene su raíz en la pelea CFK-Alberto: "La economía depende de la política y no al revés. En el 2001 y lo que vino después lo vimos. La economía se acomoda cuando lo hace la política", repite.
Martín Guzmán levanta ese mantra y le dice a los empresarios que apoyen al Gobierno de Alberto porque la alternativa es el caos. Lo viene repitiendo en los ahora asiduos contactos con hombres de negocios. Los empresarios lo escuchan y concuerdan en cierta manera con el ministro. Pero nadie se va a jugar por el Gobierno. Incluso, hay muchos que no compran la teoría de que Cristina quiere quedarse con el poder total.
“Ella busca despegarse de la mala gestión del Gobierno de Alberto, y criticarlo públicamente le permite mantener ese caudal de poder y de potenciales votos para ser una alternativa opositora en 2023”, reflexiona un empresario del rubro alimenticio.
La visión es que nadie (ni Cristina) quiere agarrar la difícil tarea de surfear desde ahora y hasta el 2023, en medio de este mar revuelto que es la Argentina. Y CFK, según las últimas encuestas, mejoró su imagen y 33% de la población cree que aún cree que es una alternativa viable para el futuro del país. No le alcanza para ganar, pero al menos nadie la jubila de la política con ese apoyo popular.
