Liquidez, rally en bonos e inflación: el nuevo mapa del mercado en pesos
Los bonos en pesos mantienen un ritmo sólido y no aflojan. Tras las elecciones legislativas, la relajación de las condiciones de liquidez en el sistema financiero hizo su parte y ayudó a descomprimir las tensiones en los rendimientos en moneda local. El 22 de octubre, los pesos alocados en el Banco Central sumaban $31 billones; hoy ascienden a $25,1 billones. En otras palabras, desde fines de octubre salieron $5,8 billones del BCRA hacia el sistema financiero, un movimiento de gran magnitud. Esta merma se explica por la caída de los depósitos del Tesoro en el Central y por la caída en la absorción de pesos a través de la rueda de repos. Todo este proceso convivió con el derrumbe de las expectativas devaluatorias tras el contundente triunfo electoral del partido libertario, que despejó el clima cambiario y aportó previsibilidad al corto plazo.
En este contexto, los instrumentos a tasa fija como las LECAPs y los BONCAPs acumulan avances de 1%-1,4% en lo que va de noviembre, comprimiendo las tasas mensuales (TEM) hacia un rango de 2,1%-2%. En el segmento de bonos ajustados por inflación (bonos CER), los de mayor duration también conservan un buen impulso. Los rendimientos a partir de diciembre de 2026 siguen comprimiendo con fuerza y se ubican en torno a CER + 7,6% TIR promedio. Dentro de nuestros top picks del tramo medio, el TZXD6 (15/12/2026) rinde CER + 7,4%, mientras que el TZXD7 (15/12/2027) se posiciona en CER + 8,1% TIR. A esto se suma que los bonos CER exhibieron un rebote tras conocerse el dato de inflación de octubre, que arrojó un 2,3% y marcó una leve aceleración frente al 2,08% registrado en septiembre.
Más allá de este incremento con respecto al mes previo, los precios se siguieron moviendo por detrás de los dólares financieros, que avanzaron 4,5% en el caso del MEP y 5,1% en el dólar contado con liquidación durante el mes.
- Sin embargo, sí estuvieron alineados al ritmo del tipo de cambio oficial, que subió 2,3% en el mismo periodo. En paralelo, la inflación núcleo, que excluye precios regulados y estacionales para captar la tendencia de fondo del proceso inflacionario, también repuntó: pasó de 1,9% a 2,2%, convergiendo con la variación del índice general.
Los datos preliminares de alta frecuencia de noviembre muestran un arranque poco alentador para la desinflación.
Con este panorama, vale la pena mirar hacia adelante. Los datos preliminares de alta frecuencia de noviembre muestran un arranque poco alentador para la desinflación. La primera semana mostró un incremento de precios superior al observado en los primeros días de octubre, un período en el que normalmente se concentran los ajustes de servicios y algunos cambios estacionales. Pese a ello, los breakevens de inflación, es decir, la tasa de inflación implícita que descuenta el mercado al comparar el rendimiento de un bono CER con el de un bono a tasa fija de similar, continúan contenidos. De noviembre a febrero se mantienen en 1,7% promedio. Por este motivo, mantenemos la preferencia por el tramo corto de la curva CER, que sigue mostrando una ventaja frente a la tasa fija.
En ese marco, si la inflación se mantiene cernana al 2%, comenzará a tensionar cada vez más el techo del esquema de bandas, que sólo se ajusta 1% por mes. Con esta dinámica, el techo de la banda a octubre de 2026 se ubicaría en torno a $1.453 a precios actuales, por debajo del nivel promedio de la banda superior vigente en noviembre ($1.505). Este diferencial indica que, incluso con expectativas devaluatorias más moderadas, la política cambiaria continuará siendo clave para ordenar la nominalidad en los próximos meses.
Al momento, los ajustes en los contratos de futuros se mantienen dentro de las bandas cambiarias hasta marzo del año que viene. Esto indica la creciente credibilidad del mercado en el esquema a partir de las recientes declaraciones de Luis Caputo y Javier Milei en la materia.
El mensaje central de los dichos, en diferentes oportunidades, apuntó a ratificar sin matices el plan de estabilidad. Milei reafirmó el compromiso con el déficit cero como ancla fiscal, mientras que Caputo remarcó que conservará el sistema de bandas cambiarias para asegurar un movimiento ordenado del dólar.
A esto se sumó la mención del respaldo de reservas, incluido el apoyo de socios internacionales, para enfrentar los vencimientos, algo que el mercado leyó como una señal de control y capacidad de gestión.
En conjunto, fortaleció la percepción de previsibilidad del esquema en el corto y mediano plazo lo que se refleja en el mercado de futuros de dólar.