Con un día enloquecedor, los inversores de estos tiempos, que viven pendientes de las noticias, asustándose histéricamente de lo primero que les llega y entrando en euforia por lo que se dice que va a subir, las cotizaciones están danzando con el riesgo que generan los overshooting de los clics modernos.
Aparecen en tres o cuatro sitios con relativo prestigio que pronostican alzas en determinados valores, y allá van: miles de inversores sin experiencia pulsan un clic en el celular, marcando Compro o Buy, y elevando muchas veces activos con valor relativo hasta cotizaciones insospechadas. Y cuando ocurre lo contrario, con precios que van a la baja, aparecen preguntas ansiosas: el dolar se hunde, ¿qué hago?
Por supuesto, ni bien se sugiere una recomendación, el consejo corre como reguero de pólvora y en muy pocas horas hay compradores para valores que tienen volúmenes limitados, que se encuentran con demandas excitadas, que llevan los precios hasta paridades que no tienen nada que ver con la realidad.
Eso bien puede decirse por lo que pasó en este martes en Argentina, con nuevas bajas para todos los dólares libres, con descensos en los bonos, suba en el riesgo país y caída bastante más pronunciada en la Bolsa porteña y en los ADR argentinos en Nueva York, que retrocedieron en bloque.
Pero ocurrió algo bastante parecido en los mercados internacionales. Durante meses se vino diciendo que la inteligencia artificial lograría llevarnos a Marte y Júpiter en meses, y ahora que anotaron cotizaciones fuera de órbita los inversores quieren salir, y con eso Wall Street va repitiendo rojos sucesivos día tras día.
Y de alguna manera también ocurre con las posiciones refugio: hasta hace 20 horas se decía que el Bitcoin era la salida ideal para lo que viene, llegó a cotizar a casi US$ 70.000, pero de repente alguien grande se dio vuelta, vendió a dos manos y la criptomoneda más famosa terminó con una caída del 8,4%, pero hubo otros valores del panel que se hundieron hasta 13%.
Por supuesto, una vez conocidos los nuevos precios, los especialistas en finanzas siempre tienen una explicación lógica, y mientras la repiten de alguna manera contestan ¿cómo no lo viste venir? No es local, pasa aquí, allá y en todas partes, pero como Argentina tiene alto beta (reacción exagerada hacia arriba o hacia abajo) aquí hay lipotimias, tés de tilo y demás tranquilizantes.
Ahora está todo concentrado en las reuniones que enfrentará el titular de la Fed, Jerome Powell, este miércoles en la Cámara de Representantes y el jueves ante el Senado. Pero con todos los que están a un latido de otro clic absolutamente pendientes de los datos de empleo que se conocerán el viernes en la economía norteamericana.
Lo concreto es que con todo eso mucha gente supone que se vienen tiempos tormentosos. El día ya abrió con otra fuerte caída en las Bolsas chinas, y mucha gente decidió ir a lo seguro, comprar bonos de la Fed, supuestamente lo más sólido del planeta, por lo que persistió persiste la consecuente baja de las tasas largas de EE.UU.: se pagó 5% anual a 1 año de plazo, 4,1% a 5 años, 4,1% a 10 años y 4,3% a 30 años. Y con eso en el exterior el dólar subió 0,7% en Chile, 0,2% en Brasil y 0,1% contra el euro, no cambió en México y contra la libra y bajó 0,1% en China y 0,4% en Japón.
A nivel local, el mercado cambiario siguió en un tobogán. Los sojeros no están vendiendo. Quieren saber qué pasará el viernes en la reunión de Milei con los gobernadores en Casa Rosada. Pero igual, con un dólar exportador de $ 922,98, el BCRA pudo comprar US$ 84 millones en el mercado, una cantidad que se va achicando, aunque al final del día la autoridad monetaria sumó US$ 112 millones a las reservas.
La gran cuestión es que tras la sucesiva colocación de los tres Bopreal (los bonos de los importadores) Caputo sacó del mercado una montaña gigantesca de pesos. A eso se suma que los niveles de ingresos de la gente están por el piso, con precios de las cosas en las nubes, por lo que muchos están obligados a vender el "canuto", y así todos los dólares bajan.
El dólar blue bajó $5 hasta $1.010, el Senebi bajó $19,57 hasta $1.045,23, el MEP bajó $16,07 hasta $1.015,52 y el contado con liquidación cayó $20,37 hasta $1.045,54. Por lo que la brecha entre oficial y blue bajó al 13% y la del CCL con el mayorista fue del 24%, Y considerando que en momentos de mayor tensión los dólares se acercaron a $1.300, las cotizaciones actuales medidas en términos reales se evaporaron, volvieron a valores que había en los últimos meses con Mauricio Macri como Presidente.
Después, considerando que los bonos ya habían subido desde el peor Sergio Massa de US$ 17 a US$ 44, ayer empezaron a aparecer inversores profesionales que entienden que el recorrido alcista que tienen todavía es posible, pero no tan atractivo. Así, con más negocios, los bonos argentinos bajaron casi 1% y el riesgo país subió 27 unidades hasta 1.617 puntos básicos.
Y entre los papeles privados, mientras Meta (Facebook e Instagram) entró ayer en estado de shock, la cotización de Tesla se derritó por alteraciones en uno de sus últimos modelos, ya no cotiza en los gloriosos US$ 410 que tenía hace unos meses sino que vale apenas US$ 180, y los fanáticos de Jeff Bezos le gritan a Elon Musk "en tu cara" porque el dueño de Amazon vuelve a ser el hombre más rico del mundo.
Toda la movida, lentamente, va aumentando el temor en los inversores de la gran manzana y de ese modo hubo otro día con bajas en la Bolsa de Nueva York: el Dow y el S&P perdieron 1% y el Nasdaq achicó otro 1,7%. Al tiempo que la bolsa de San Pablo bajó 0,2% y la de México subió 0,1%.
Pero por nuestro bendito "beta", lo peor del día volvió a estar en tierras gauchas. Con $14.750 millones operados en acciones y $21.296 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires cayó 5,2%.
En tanto que los ADR argentinos en Nueva York terminaron con una caída en bloque del 1% al 5%, para TGS, Edenor, Supervielle, Loma Negra, Telecom, Macro, Francés, Mercado Libre, YPF, Galicia, Despegar y Pampa E.
Y, precios más precios menos, la misma alteración se vio en las materias primas. Mientras la Opep+ define qué hará con sus canillas, hubo otra baja del 0,7% para el petróleo, los metales básicos volvieron a actuar débiles y los granos estuvieron con tendencia bajista porque el departamento de agricultura norteamericano recalculó cosechas y dice que hay granos por todas partes.
En esta histeria que busca a qué balsa subirse frente a lo que puede ser un derrumbe de proporciones, las criptomonedas que bailaban rock & roll hasta el lunes, ayer vivieron un minué de sepelio: el Bitcoin se hundió 8,4% con caídas de hasta el 13% en el resto de las criptomonedas. Y mientras la onza de plata sigue particularmente aplastada, la onza de oro sigue levantando despacito: subió otro 0,7%, llegó a otro récord histórico sin precedentes. ¿Llegará a US$ 2.200?
Todo puede ser en el baile de los clics modernos.
