Informe de Aurum Valores

Alerta soja: ya se pierden US$ 4.300 millones (equivalente al 38% de los vencimientos de deuda en 2025)

Hace un año los precios oscilaban en torno a US$ 450 y US$ 500 la tonelada.
Estos shocks externos (como cuando el real se deprecia o se produce un sudden stop) requerirían de un esquema cambiario bastante más flexible. .
16-08-2024
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El precio internacional de la soja sufrió una fuerte caída en el último mes. Este proceso de deterioro no es nuevo, pero se profundizó a lo largo de las últimas semanas. Hace un año los precios oscilaban en torno a US$ 450/500 la tonelada, pero desde comienzos de este año se alejó de ese rango y pasó a operar entre los US$ 400/450. 

Y desde julio perforó los US$ 400 yendo a buscar los actuales mínimos de US$ 350. Para la Argentina, dependiente del precio de la commodity para tener divisas, es preocupante. 

Un extenso informe de Aurum Valores profundiza sobre este tema. 

Recuerda que un factor principal de esta caída de precios son los últimos reportes del USDA (Departamento de Agricultura de EEUU). 

En ellos, tanto en el de julio como en el recientemente publicado del mes de agosto, se estima que la relación de stocks mundiales de soja respecto al consumo global de soja se ubicará en máximos históricos. 

Esta relación ha estado históricamente vinculada con los precios de la oleaginosa. 

"Los precios de este mes de agosto en torno a los US$ 350 por tonelada son bastante similares a los de septiembre de 2018 cuando la relación stock/consumo tocó máximos históricos similares a los que se proyectan este año. Además el informe del USDA para llegar a la relación stock/consumo estima niveles de oferta y demanda de la oleaginosa de modo que podemos ver si esta relación determina un exceso de oferta de soja por aumento de producción o por caída del consumo. Y cuando vemos esas estimaciones nos encontramos con que este aumento de los stocks de soja está vinculado a un aumento de la producción, pero también a un aumento del consumo, siendo mayor el primero (+9% ia) que el segundo (+5% ia)", dice Aurum.

La ALyC apunta a que es muy importante tener en cuenta esta estimación ya que, en ausencia de eventos climáticos que deterioren la expectativa de cosecha (o que los precios desanimen a los productores), la producción esperada difícilmente se modere. 

Sin embargo, acotan, si la actividad global se enfrentase a un escenario de cierta desaceleración del crecimiento (como algunos researchers globales esperan, puntualmente será importante monitorear lo que suceda en China, el sudeste asiático y la UE, los grandes consumidores de soja y subproductos), "no deberíamos descartar que el crecimiento del consumo de soja se vea afectado". 

Esto podría derivar en que las futuras estimaciones del USDA traigan malas noticias para los precios agrícolas. O que se consoliden estas estimaciones de stocks excedentes lo que derivaría en expectativas de precios con pocos cambios en adelante. 

"El impacto local de este deterioro que ya ocurrió de los precios de la soja (y de otras commodities agrícolas) es significativo en al menos 3 planos", destaca Aurum y enumera: 

  1. Ingreso de divisas 
  2. Ingresos fiscales 
  3. Actividad

Alerta soja

En el primer caso, considerando que las exportaciones del complejo oleaginoso (incluyendo biodiesel) en un año con cosecha normal, usando los precios a los que cotizaba la soja y sus subproductos en agosto de 2023 (datos de la Bolsa de Rosario) podrían aportar unos US$ 18.500 millones, "cuando traemos las mismas cantidades exportadas y las traducimos a divisas a las cotizaciones de hoy, el monto se reduciría a US$ 14.200 millones". Es, dice Aurum, "una pérdida de divisas en términos anualizados que, solo por el complejo oleaginoso, alcanzaría a los US$ 4.300 millones". 

Tomando como referencia esa cifra y considerando que la alícuota de retenciones es del 33% la pérdida de ingresos fiscales anuales ascendería a unos US$ 1.400 millones. 

Para tomar dimensión de lo que implica la caída de ingresos de divisas y fiscales de ambas cifras podemos señalar que:

  • Los US$ 4.300 millones menos de divisas producto de la caída de precios internacionales del complejo sojero equivaldría al 38% de los vencimientos de deuda en moneda extranjera en poder de privados del año 2025 (incluye los pagos de capital e interés de bonos soberanos en poder de privados y Bopreales). 
  • Los US$ 1.400 millones menos de recaudación por retenciones a las exportaciones es una cifra similar a la que el gobierno espera obtener por el blanqueo.

Además de estos efectos sobre las cuentas del Gobierno, el deterioro de precios internacionales afectará severamente el ingreso disponible de los productores que deberán ajustar sus gastos. Esto tendrá impacto sobre las economía de las regiones del interior lo que a su vez derivaría en un deterioro de la actividad económica.

Estos shocks externos (como cuando el real se deprecia o se produce un sudden stop) requerirían de un esquema cambiario bastante más flexible que el mecanismo vigente de modo que permita amortiguar esos impactos. 

En este contexto, dicen, "seguiremos con atención la evolución de los precios internacionales atentos a los efectos que pueda tener en los tres planos que nos preocupan".

Reservas

Por la necesidad de la economía argentina de lograr una fuerte recomposición de reservas, lo que ayudaría a mejorar el riesgo país, la capacidad de acceso al mercado global y, por ende, producir mejora de bonos locales. 

Fiscal

Por la necesidad de sostener la disciplina fiscal aun cuando en 2025 desaparezca el Impuesto PAIS.

Actividad

Por la necesidad de solidificar un proceso de mejora consistente, permanente y sectorialmente amplio de la economía. "En este sentido vemos el ritmo de actividad que sigue siendo muy precario y débil con un proceso de estancamiento de muchos años que sigue muy arraigado", dice la Alyc.

 

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