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Informe de Equilibra

Argentina podría convertirse en exportador neto de energía: hay recursos, faltan incentivos

Para ser oferentes netos de energía, se necesita una fuerte corriente inversora y grandes obras como el gasoducto Kirchner y una planta de GNL

La mira está puesta en Vaca Muerta con la construcción del gasoducto Néstor Kirchner y planta de licuefacción para la exportación de GNL.
La mira está puesta en Vaca Muerta con la construcción del gasoducto Néstor Kirchner y planta de licuefacción para la exportación de GNL. Archivo.
13 junio de 2022

El impacto de la guerra en Ucrania sobre la balanza comercial de Argentina es mixto en el corto plazo “pues somos exportadores netos de alimentos e importadores netos de energía en el invierno”, asegura un informe de Equilibra.

Sin embargo, dice, “en términos potenciales, Argentina podría convertirse también en exportador neto de energía, ya que poseemos abundantes recursos, sobre todo en gas y petróleo no convencional en Vaca Muerta”.

Para eso, es central que las empresas puedan realizar inversiones. “Lamentablemente, las condiciones económicas locales son más adversas respecto a otros países productores: menor previsibilidad, restricción al giro de utilidades al exterior, retenciones a las exportaciones, y limitado acceso al financiamiento externo. En el este contexto, la reinversión de utilidades en energía luce esencial para la inversión en el sector”, dice el informe y advierte que un mayor gravamen sobre las ganancias, como el que presentó el Gobierno, “presenta tensiones con este objetivo”.

Barcos van

Las arcas del Estado Nacional ya están captando parte de la mejora de los precios internacionales de las commodities, a través de las retenciones. Tanto los productores, como el Estado, también se beneficiaron de una renta extraordinaria.

El combo volúmenes, precios e impuestos arroja eleva las exportaciones de 2022 a US$ 52.000 millones. Eso permite recaudar, en concepto de Derechos de Exportación (DEx), US$ 10.630 millones, US$ 1.200 millones más que en 2021 y 23% por encima del Proyecto de Presupuesto 2022 no aprobado por el Congreso.

La invasión militar rusa a Ucrania desató profundos cambios en el contexto internacional: aumentó el riesgo de “estanflación” en un mundo menos cooperativo y más incierto

“Por caso, si este año no hubiera habido mejora de precios internacionales (similares a 2021), las exportaciones de los principales complejos agroindustriales habrían alcanzado US$ 46.600 millones, y las retenciones hubieran ascendido a US$ 8.330 millones, US$ 2.300 millones menos respecto del aporte esperado por las retenciones al sector. Dicho de otro modo, el Estado Argentino tuvo una renta excepcional de US$ 2.300 millones gracias a una suba de precios internacionales que no estaba presupuestada”, dijeron desde equilibra.

“Una política económica racional para nuestro país es que el Ejecutivo ofrezca al sector agropecuario la mayor certidumbre posible -mantener abiertas las exportaciones y las alícuotas de las retenciones- para potenciar la producción y la exportación, ya que cada dólar adicional generado por el sector no sólo distiende la restricción externa sino que apuntala los ingresos fiscales -el Tesoro capta vía retenciones 1/5 de las divisas excedentes-, lo que permite reforzar y ampliar programas como Tarjeta Alimentar que facilitan/garantizan el acceso a los alimentos a los sectores de menores ingresos”, propone en trabajo.

Barcos vienen

Como Argentina es importador neto de energía, la suba de los precios internacionales implica un importante drenaje de divisas por importaciones que en buena parte compra el Estado.  

Dos cifras ilustran el punto: 1) el déficit del intercambio energético alcanzaría US$ 6.000 millones en 2022, trepando al menos US$ 5.000 millones respecto del año pasado; 2) los subsidios energéticos, que el año pasado alcanzaron 2,3% del PIB (US$ 11.000 millones), rozarían 3% del PIB (US$ 17.000 millones) en 2022, si no se implementa la quita de subvenciones a hogares de mayores ingresos (10% de la población).

En el caso de Argentina, el saldo sobre las cuentas externas es mixto en el corto plazo: es exportador neto de alimentos, pero importador neto de energía. Sin embargo, podría convertirse en exportador neto de energía por abundancia de recursos.

“En el rubro energético hay que modificar la realidad lo antes posible, pues el sector se ha vuelto una pesada carga para el sector externo (creciente déficit) y para las cuentas públicas (los subsidios energéticos explican la mayor parte del rojo primario del Tesoro Nacional). De hecho, el salto de los precios internacionales tras la invasión militar rusa a Ucrania, es uno de los principales factores por los que estimamos que se terminarán incumpliendo las principales metas acordadas con el FMI en 2022 (reducir el déficit primario Nacional a 2,5% del PIB, limitar la asistencia del BCRA al Tesoro en 1% del PIB, y acumular US$ 5.800 millones de reservas netas)”, añadieron.

Recomendaciones

Para transforma a Argentina en un productor neto de energía, como se mencionó, se necesita una fuerte corriente inversora privada en el upstream. “Pero también es crucial realizar grandes obras como el gasoducto Néstor Kirchner para ampliar la capacidad de transporte de la cuenca Neuquina (saturada producto del boom de Vaca Muerta) y una planta de licuefacción que permitiría convertir el Gas Natural en Licuado para su exportación a países no limítrofes (actualmente se requiere importar buques de GNL y contratar los servicios de barcos regasificadores -uno en el puerto de Bahía Blanca y el otro en Escobar- para inyectar más gas a la red durante el invierno)”, asegura el informe.

En materia fiscal, el Tesoro ya está captando parte de la mejora de los precios internacionales de la agroindustria a través de elevadas retenciones.

Para acelerar el proceso de convertirnos en un país oferente neto de energía, “tenemos que entender que esta es un bien escaso en el mundo, y no podemos darnos el lujo de estar subsidiando -incluso en forma creciente- a la mayoría de los usuarios, incluidos los sectores pudientes”.

“En un contexto de elevado déficit fiscal y dificultades incluso para emitir deuda en moneda local -como quedó expuesto en los últimos días-, las tarifas energéticas tienen que ir acercándose a los costos de provisión para alentar su uso eficiente y reducir los subsidios especialmente en los sectores de mayores ingresos. Como se viene discutiendo hace años ya —incluso desde sectores del propio Gobierno— estos subsidios tienen un claro sesgo pro-rico”, concluye.

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