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Una dinámica vertiginosa

El mercado se encuentra expectante ante el nuevo esquema de política, que tiene una cuota de sorpresa en su accionar y, se espera que contribuirá a estabilizar el precio del dólar, más allá de las cuestiones del entorno internacional y los tiempos electorales.

03 mayo de 2019

Por Fernando Amador Agra Director de la licenciatura en economía en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES)

El primer cuatrimestre del año transcurrió a una velocidad similar al ritmo de una película de James Bond. Una de las variables centrales de este período fue el comportamiento de la cotización del dólar que, junto con la evolución de la tasa de inflación durante el primer trimestre del año, motivaron cambios en la política monetaria.

A partir de la evolución del Tipo de Cambio Minorista Promedio Vendedor (TCNmpv), que publica el BCRA, se puede apreciar la dinámica vertiginosa de esta variable clave, desde la perspectiva que enfrenta el inversor minorista. El TCNmpv está a su vez determinado por la cotización del Tipo de Cambio Nominal Mayorista (el BCRA informa el Tipo de Cambio Mayorista Comunicación A 3.500) y por el spread que cada institución en el mercado de cambios determina para comercializar la moneda extranjera.

El gráfico presenta la evolución de la volatilidad de las variaciones diarias del TCNmpv medida como el desvío estándar móvil de las últimas cinco ruedas (días hábiles). Asimismo, se señalan eventos locales que se pueden asociar al ritmo de la volatilidad, como ser la difusión de la tasa de inflación y cambios en la estrategia de la política monetaria (la tasa de las Leliq, el riesgo país y la liquidación de divisas de los exportadores, son también variables relevantes que contribuyen a explicar los movimientos en las cotizaciones del tipo de cambio nominal).

Una revisión general al período, nos permite observar una dinámica que se puede separar claramente en dos subperíodos muy diferentes. En los meses de enero y febrero, la volatilidad (como desvío estándar de 5 ruedas) se movió prácticamente dentro de un rango comprendido entre 0,40% y 0,80%, teniendo oscilaciones mayores durante la segunda quincena de febrero. El cambio abrupto en la dinámica de la volatilidad se observa a partir del mes de marzo y que continuó en abril, donde esta variable se volatilizó aún más: la última quince de abril finalizó con una tendencia marcadamente creciente. En estos dos último meses, el rango de volatilidad se situó entre 0,4% y 2,5%, un margen de fluctuación muy agudo, que representa los niveles crecientes de incertidumbre de las últimas jornadas.

En el cuadro se resumen algunas métricas que permiten apreciar con más detalle la anatomía de la evolución del TCNpv. Con una evolución creciente del TCNpv y con cotizaciones máximas y mínimas que se superaron mes a mes, marcando una notable amplitud en estos cuatro meses entre la cotización de cierre máxima y mínima de casi $9. La mayor variación porcentual diaria se verificó en marzo (3,99%) y la baja diaria más fuerte en abril (-2,81%). La volatilidad del período fue del 1,18%, posicionándose en un nivel elevado.

Haciendo zoom en cada mes, se puede apreciar la dinámica intramensual y el quiebre de la evolución general a partir de abril. Enero fue el mes que evidenció más estabilidad relativa en las cotizaciones del dólar: la diferencia entre la cotización máxima y mínima fue $0,71, con una volatilidad diaria del 0,54% durante el mes. En febrero, comienza un cambio en la dinámica de las cotizaciones, donde la amplitud entre máximo y mínimos más que se triplica, pero no crece significativamente la volatilidad observada en el mes.

Marzo fue inicio del período más volátil donde todas las métricas se incrementan con respecto a los dos meses previos y la amplitud entre cotizaciones máximas y mínimas se sitúa en poco más de cuatro pesos (casi duplicando la amplitud de evidenciada en febrero). La mayor volatilidad mensual también se verificó en marzo y es el máximo en términos mensuales. Durante abril, las cotizaciones máximas y mínimas continuaron creciendo, mientras que la amplitud de estas no se incrementó significativamente con respecto a marzo. Por su parte, la volatilidad del mes se situó levemente por debajo al valor de marzo (1,58%), un valor relevante.

A partir de marzo, el régimen de volatilidad cambió sustancialmente, pasando a un nivel superior y a su vez más fluctuante, al observado durante el primer bimestre del año.

El comienzo del mes de mayo se inicia con una dinámica de la volatilidad compleja, pero que aún no asimiló el último cambio de política monetaria, en la que la Zona de No Intervención pareciera que mutó a una “Zona de Intervención Contingente”, y el mercado se encuentra expectante ante el nuevo esquema de política, que tiene una cuota de sorpresa en cuanto a su accionar, que se espera contribuirá a estabilizar el precio del dólar, y no a alimentar más la dinámica de la volatilidad, más allá de las cuestiones del entorno internacional y los tiempos electorales, que también tienen impacto creciente en las decisiones de portafolio.

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