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Por la suba de indumentaria y las críticas recibidas, los textiles dan su versión

En noviembre, el rubro “prendas de vestir y calzado” tuvo un aumento de 4,1% y 57,1% en lo que va de 2021

La indumentaria tuvo en noviembre una variación mensual del 4,1%
La indumentaria tuvo en noviembre una variación mensual del 4,1%
15 diciembre de 2021

Desde hace varios años comprarse ropa es todo un desafío para el bolsillo, situación que se tornó una misión muy difícil luego de la pandemia. Una de las cifras que ha llamado la atención de la opinión pública en los últimos meses es el mayor aumento que registra el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del rubro “prendas de vestir y calzado” en relación con el nivel general de la economía.

Ese segmento tuvo en noviembre una variación mensual del 4,1%, acumuló 62,8% en el último año y 57,1% en lo que va de 2021, situándose como uno de los que más aumentó en dichos períodos.

Un informe de la Fundación Protejer explicó los motivos por los cuales se han visto esos incrementos en los precios de las prendas. Allí explicaron que esa dinámica de subas se deba al “récord de precios de las materias primas a nivel mundial”, al  “aumento del costo de los fletes internacionales”, a la “devaluación del peso”, a “los cuellos de botella estructurales de la confección” y a la “recomposición de márgenes ante menor cantidad de ventas”.

“Los actores que trabajamos y nos comprometemos día a día por el desarrollo del sector y de la industria nacional somos conscientes de que esta problemática puede perturbar el camino ya iniciado hacia el crecimiento sostenido, con transformación tecnológica y generación de empleo de calidad en todo el país”, destacó el trabajo.

Detrás de las subas

El primer punto que consignó la Fundación Protejer es el “fuerte e incesante” incremento de precios de las materias primas a nivel mundial del sector textil e indumentaria. “Se trata de insumos ampliamente difundidos en la cadena de valor, cuyos precios están dolarizados debido a que son commodities y muchos de ellos son, además, importados”, afirmaron.

Según el reporte, la explicación del fenómeno radica en la demora en la recomposición de la actividad de los países productores luego de la contracción provocada por la pandemia. A esto se le sumó un incremento de la energía eléctrica y del gas a nivel mundial que impacta en los costos de producción de estas materias primas, principalmente las manufacturadas.

Tal como indica el portal internacional especializado Emerging Textiles, el precio en dólares de la fibra de algodón se ha incrementado 59% en su comparación interanual. Por su parte, los precios en dólares de otras materias primas importadas también han crecido notablemente. La fibra de poliéster lo ha hecho 26%, el rayón viscosa subió 24%, el spandex (materia prima del hilado de lycra) 84% y el acrílico lo ha hecho 70%.

“A estos hay que adicionarle el costo del flete que viene aumentando notablemente desde mediados de 2020 y que impacta mayormente en las mercaderías con menor precio relativo”, señaló el estudio.

Según el Baltic Exchange Dry Index, que indica el precio de fletes marítimos a granel, el incremento de estos costos fue superior al 170% en dólares a lo largo del 2021 y registró su pico máximo en octubre último.

Otro indicador relevante es el Word Container Index de Drewly que muestra que el precio de los contenedores se incrementó casi 200% al comparar el valor actual con el mismo período del año anterior y más de 400% si comparamos con los niveles prepandemia.

A su vez, fuentes del mercado indicaron que un contenedor que prepandemia costaba US$ 200.000 hoy podría llegar a costar unos US$ 1,4 millones (hasta 600% más). “Considerando que todos estos insumos están dolarizados, el aumento del tipo de cambio también tuvo un efecto significativo en los costos de producción. En rigor, el peso argentino se devaluó el 25% en términos interanuales hasta noviembre de 2021”, apuntó Protejer.

Otro factor que, enumeraron, incide sobre los costos de fabricación de las prendas y, por tanto, sobre su precio son los “cuellos de botella estructurales -y agravados en los últimos tiempos- que enfrenta la confección”. “Muchas marcas sostienen que existe una fuerte dificultad para encontrar talleres donde confeccionar sus prendas”, aseguró la entidad.

Otro elemento importante que remarcaron tiene que ver con el rezago que tiene la recuperación del consumo interno fruto de la pérdida de poder adquisitivo de la población. Como efecto, “las unidades vendidas de prendas de vestir aún se sitúan muy por debajo de los niveles de 2019 (que ya estaban retrasados en términos reales)”.

Tal como indicaron, “al comparar enero-septiembre de 2021 con el mismo período de 2019, las ventas de prendas de vestir, calzado y textiles de hogar en supermercados cayeron 23% en términos reales”. Mientras que las ventas de indumentaria, calzado y marroquinería en shoppings “se ubican 43% por debajo de los niveles de hace dos años”.

“Frente a un mercado más chico, el costo unitario por producto aumentó debido a que los costos fijos deben prorratearse entre menos unidades”, mencionó el informe.

Caro o barato

En esa línea, la entidad precisó que en Argentina existe ropa “barata, media y cara''. “En general, muchos observan el precio de la ropa de marcas premium dejando de lado que estas venden artículos que son comercializados en canales de venta que suman una serie de costos no-industriales”.

Por ejemplo, en una prenda de marca premium vendida en shoppings, el costo de fabricación industrial representa “tan sólo” el 8,5% del precio en mostrador. El alquiler en shopping, las plataformas online, los costos financieros, costos de marketing y publicidad generan un gran efecto multiplicador entre la puerta de fábrica y la “vidriera”, según consideró el informe.

“Es por esto que no podemos confundir la dinámica de precios de una prenda de marca premium con el resto del mercado de indumentaria que cada vez está más diversificado con la aparición de nuevos actores y canales de venta”, advirtió Protejer. A eso sumaron la posibilidad de comprar en cuotas sin interés o con descuentos en determinadas promociones que hacen que el precio de lista “no sea el que finalmente paga el consumidor”.

En ese sentido, el trabajo mencionó que el problema en Argentina no es que los precios estén altos, sino que los salarios son bajos”. A eso agregaron que la dinámica alcista se repite en todo el mundo y no es algo que suceda solamente a nivel local.

“A este respecto, y por citar dos ejemplos representativos, el aumento de precios de prendas en Estados Unidos ha alcanzado 4,3% interanual en octubre 2021 (US Bureau of Labour Statistic), cifra récord para ese país y en Brasil el aumento fue del 7,1% interanual y 17,1% con relación a la prepandemia (febrero 2019, Instituto Brasileiro de Geografia e Estatistica)”, escribió la entidad.

Cómo medir los precios

Por otro lado, Protejer discrepó con la forma de medir la evolución de precios que tiene el Indec, a través de su IPC, ya que este utiliza la estructura de consumo que surge de la Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares (Engho) del año 2004.

“Esto significa que para calcular cuánto pesan en el total los productos, circuitos de comercialización (shoppings, locales a la calle, ferias) y canales de venta (presencial, online) se utiliza lo que las familias consumían casi 20 años atrás”, apuntaron.

Además, concluyeron que “no es correcto atribuirle a la producción nacional el incremento de los precios cuando también se están relevando bienes textiles importados”. “Hay que mencionar que las importaciones de manufacturas textiles no cayeron, sino que, por el contrario, se encuentran en el máximo de los últimos 6 años en términos de cantidades, alcanzando 245 mil toneladas durante enero-octubre de 2021”, añadieron.

En tanto, dijeron que existe poco grado de desagregación de productos que presenta el IPC. “De las 12 categorías que mide el Indec, sólo 3 corresponden a bienes -alimentos y bebidas, tabaco y bebidas alcohólicas y prendas de vestir y calzado- mientras que el resto están compuestas por servicios o por bienes y servicios”, detallaron.

“Contar con una mayor apertura hacia el interior de las categorías podría resultar útil a los fines de comparar y comprender mejor la dinámica inflacionaria argentina. Más que probablemente podamos observar trayectorias similares de precios en otros bienes destinados mayormente al mercado interno y fuerte componente de insumos importados como, por ejemplo, vehículos, muebles, línea blanca y equipos audiovisuales”, concluyó Protejer.

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