La agencia calificadora de riesgo Moody's señaló que "el coronavirus dañará el crecimiento económico de muchos países del G-20 durante el primer semestre de 2020" y redujo sus estimaciones de crecimiento. Además, señaló que "aumentó el riesgo de una recesión global".
Un informe de la agencia explicó que "la propagación global del coronavirus está dando como resultado un efecto simultáneo sobre la oferta y la demanda por lo cual es de esperar que estos shocks desaceleren materialmente la actividad económica, particularmente en la primera mitad de este año".
"Hemos bajado nuestro pronóstico para 2020 para el crecimiento de China a 4,8% de nuestra estimación previa de 5,2% y, para Estados Unidos, esperamos que el PIB real crezca 1,5% en 2020, por debajo de nuestra estimación anterior del 1,7%", planteó Moody's.
En el caso argentino, la agencia mantuvo una hipótesis de caída del 2,5% del PIB para 2020.
"El alcance total de los costos económicos no estarán claros por algún tiempo. El miedo al contagio disminuirá la actividad comercial y de los consumidores. Cuanto más tiempo les lleva a los hogares y las empresas para reanudar la actividad normal, mayor será el impacto económico", añadió la agencia.
Moody's puntualizó: "Los riesgos de recesión global aumentaron. Cuanto más tiempo afecta el brote a la actividad económica, el shock de la demanda dominará y conducirá a una dinámica recesiva, un retroceso sostenido en el consumo, junto con cierres extendidos de negocios, dañará las ganancias, generará despidos".
Más adelante, la agencia advirtió que "las medidas de política fiscal y monetaria probablemente ayudarán a limitar el daño y la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de reducir la tasa de fondos federales en 50 puntos básicos y los anuncios del Banco Central Europeo y el Banco de Japón asegurando que el apoyo a las políticas, limitarán la volatilidad del mercado financiero mundial".
Moody's señaló que "el coronavirus es un shock de salud global, lo que hace que sea extremadamente difícil proporcionar una evaluación económica".
Además, hay varias incógnitas, incluida la propagación futura del virus y sus consecuencias económicas. Una reducción del consumo más fuerte y duradera, el repricing de los activos financieros, el endurecimiento de las condiciones crediticias, un fuerte aumento de la morosidad y un mayor número de despidos podrían profundizar la contracción económica.
