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Las pymes y el modo marketing “sobreviviendo”

Aún sabiendo que este país siempre da sorpresas, de pronto te toca ser el capitán de un barco que marchaba bien, pero ahora lo bombardean por todos lados

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06 abril de 2021

Por Diego Regueiro Director de la Licenciatura en Marketing de Ucema

Soñaste toda tu vida con tener tu propia empresa. Sos dueño de una pyme a mucha honra en Argentina. El camino no fue fácil. Te ha motivado la ambición, el querer hacer, y te premió la gratificación de haber logrado muchas cosas. En el camino supiste y aprendiste a manejar conflictos, stress, situaciones difíciles, y desarrollaste la capacidad de la resiliencia. Contra viento y marea, tenés tu empresa, un negocio que genera ingresos y te permite vivir.

Sin embargo, aún sabiendo que este país siempre da sorpresas, de pronto te toca ser el capitán de un barco que marchaba bien, pero que lo bombardean por todos lados (de arriba, del costado y de abajo). Ves alrededor y se ve oscuro, y si levantas la cabeza hacia el horizonte, se ve más oscuro. Mirás a los barcos a tu alrededor y están igual o peor que vos. Y tus marineros te miran expectantes, esperando que los saques rápido de esta situación. Solo parece que queda el factor “rezo”, último salvavidas que queda, aun no siendo muy creyente?

Entonces, mientras te mirás al espejo a la mañana, te preguntas “¿quién me trajo acá?” o “¿por qué me tengo que bancar esto?”. Es más, hasta coqueteas con el “¿quién me mandó a tener una pyme en Argentina?”.

Pero, y aún en esta mar de olas grandes e imposibles, algo te sostiene. Cual mástil para Ulises en la Odisea, hay algo que te ancla y te permite sobrellevarla. La palabra “sobreviviendo” surge con fuerza en tu discurso y en tu interior, y no es casual, porque describe una mezcla de pesimismo brutal y esperanza al fin. Te ves declarando a viva voz un doble mensaje auspicioso desde la pura negatividad: están mal las cosas, pero aún así sigo haciendo e insistiendo.

Es que es en estos momentos donde se juega quién sos en verdad. Es la hora de demostrar y demostrarte que tu madera es buena, y que si bien parece que no, estás más que capacitado para la tarea de gerenciar una pyme en este mar de grandes dificultades.

Es el momento de no flaquear, de sacar fuerzas de algún lado, sosteniendo la paciencia con visión y con criterio. Priorizando el trabajo el equipo, la planificación precisa, la decisión basada en información y datos (y no solo percepciones), anteponiendo al ser humano sobre todas las cosas, dejando las mezquindades de lado y siempre haciendo un buen marketing, comunicando y mucho, con moderado optimismo y la empatía a flor de piel.

Es que en los momentos donde todo se derrumba, siempre hay una voz que lidera, guía, mantiene la cordura y el norte, sabe y quiere decidir, y lo hace generalmente bien. Es el lugar donde siempre quisiste estar, y que hoy más nunca te necesita. Dejar el piloto automático que no pide mucho y aspira a poco, y salir a enfrentar las cosas con la energía que la hora requiere.

Son pocas las empresas que hoy parecen tener ganas y tu empresa tiene que estar en ese círculo ganador. Ser de las que siguen apostando, las que “hacen” sin especular con los Excels a la baja o los pronósticos sombríos. Sabiendo que en este recorrido es natural convivir con el temblor a flor de piel a la hora de efectivamente decir sí. Pero qué otra cosa queda, ¿no? Está en tu esencia de empresario pyme argentino. Está irremediablemente en tu ADN emprendedor.

Es época de sobrevivir. De “surfear la ola” dirían los más aventureros y poéticos. Ya vendrán tiempos mejores.

Las opiniones expresadas son personales y no necesariamente representan la opinión de la UCEMA

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