Análisis
"La verdadera catástrofe no está en el suceso inesperado, sino en que todo siga igual de mal, porque nadie encuentra el modo de evitarlo", dijo W. Benjamin.
Hace 50 años que la economía, podemos simplificar, no crece y el número de pobres aumenta a 7% anual acumulativo. Una catástrofe.
La mitad de los argentinos están en la pobreza y 17% en la indigencia.
Los "modos" no cambian. Veamos.
Los encuestadores sostienen que la adhesión a Milei, a pesar de sus maneras de escandalosa vulgaridad, se funda en "la idea de la baja de la inflación". Mayoría. Por tanto, a Milei, no le importan las consecuencias de su lucha. "La adhesión" depende de la sensación de baja de la inflación y no de las consecuencias.
Notable: M. Guzmán, el ministro de A. Fernández, afirmó que la extensión temporal de la cuarentena fue una decisión basada en que, con la cuarentena, Alberto tenía "buena imagen", sin importar las consecuencias del encierro.
Con ésta lucha contra la inflación y con la cuarentena de Alberto, en ambos casos, aumentó la pobreza. Alberto dijo que no le importaba; Javier lo sugiere. Lo cierto es que no importó. Bajó la producción. Tampoco importó. Y - en ambos casos - la recaudación afloja, salvo "ingresos extraordinarios": tributos de emergencia o rifas de tributos para ricos y evasores.
La mayoría de los ricos no son evasores. Pero todos los evasores, si se hacen ricos, lo es a costa de la sociedad. Javier, Mauricio y Cristina, los premian: los "modos no cambian".
Un "estadista" se ocupa de las "consecuencias": el terreno del futuro donde vamos a vivir. El "electo" de "un solo objetivo" - pensamiento plano, populista, - se miente (torpe, no necesariamente cruel) y nos engaña. Es Cristina y la moratoria previsional o Mauricio y el préstamo del FMI o los "milagros" vividos a base de deuda externa; los sin número festivales de "pedales financieros" iniciados por Ricardo Zinn, con los VANA.
Llevamos años gobernados por los "encuestadores" que han castrado el pensamiento político, "magos del Kremlin" que han llevado al poder a "personas con rating".
Cuando el panelista Milei rompía la maqueta del Banco Central, como símbolo de la "casta", en realidad y sin saberlo, apuntaba a la idea que "la política" había sido "castrada" por el negocio de los encuestadores (no hay inocentes) que miden el presente. Los estadistas gobiernan para el futuro.
La política, castrada de pensar el futuro, se convierte en "casta" cuando es gobernada por los "magos del kremlin" que explotan el presente: las sensaciones. "Deme dos, estamos en Primer Mundo", menemismo de Miami o Joe. Y el BCRA, al que destruía a palos, simbolizaba, Milei lo ignoraba, el surgimiento de la Patria Financiera, la cultura de "la tablita", la fuga y tramitar el préstamo para tapar el agujero: por eso Caputo II necesita importar a un chileno para calmar al FMI que todavía sufre cómo le fumaron US$ 40.000 millones en un abrir y cerrar de ojos, velocidad propia de los "piolas de las finanzas y de la vida".
Un ex presidente del Banco Nación, dijo que Sergio Massa "puede contar las chispas de una amoladora"; y Javier que Caputo III, el "mago del Kremlin" Pagni dixit, "juega a la mancha con los aviones". Cuando gobiernan "los vivos" el futuro está muerto.
Hace medio siglo que en la Argentina no se piensa ni se hace el futuro. ¿Una prueba? Qué futuro podemos tener si 7 de cada 10 niños sobreviven en la pobreza y determinan los resultados espantosos de las pruebas PISA. No es la escuela, es la proteína social.
Recordar. "La ausencia de autocrítica pública contribuye a la repetición del error que es lo que nos tiene en catástrofe" (W. Benjamin).
En 2024 culminará una década y el PIB por habitante será igual al de 2014. La continuidad con el presente nos amenaza: "elogio de la catástrofe" o "la noche de la industria".
Hace 50 años que la política económica, sin excepción, ha compartido la condena, en los hechos, de lo que la Argentina hizo - casi sin diferencias - durante 45 años, desde 1930. Gobiernos con estrategias de largo plazo y objetivo de pleno empleo; política industrial idéntica a la que realizaban, y realizan, todos los países desarrollados o en tren de desarrollo. Vivíamos un consenso implícito en objetivos e instrumentos del capitalismo occidental.
Desde que lo abandonamos, el historial económico, medido por el PIB por habitante, es catastrófico.
En la década que terminó en 1984 el PIB ph, cayó 7%. La que terminó en 1994 subió 8%. Veinte años atrás.
La década que terminó en 2004 fue de crecimiento cero. La década que terminó en 2014 (soja mediante y default, etc.), desde el subsuelo, crecimos 30%. La decadencia no es reciente.
En 2024, nuestro PIB ph será 17% mayor al de 1974. Ese año el país abandonó la política del consenso implícito. La vieja oligarquía ganadera y la burguesía industrial, fueron desalojadas por intereses cada vez más pequeños, desconectados de la idea de Nación: "Patria Financiera", "Patria Contratista". Con Menem explotó "la nueva oligarquía de los concesionarios" en el poder decisorio de la Argentina del atraso cambiario para la "estabilidad" y la fuga: US$ 400.000 millones.
Gente a la que "siempre le va bien", con o sin "atraso cambiario". No es lo mismo que "gente de bien". Tienen un particularisimo "amor a la Patria" que los impulsa a radicarse fiscalmente fuera del país para no pagar, por ejemplo, el impuesto a los bienes personales. Javier les ha resuelto el problema.
M. Galperin fundó una empresa de venta por catálogo, como lo eran Harrod´s y Gath y Chaves que mandaban compras por Correo. Sin residencia fiscal (ajustado a derecho), ¿Marcos paga Bienes Personales?
Está subsidiado vía una colosal exención impositiva que ronda US$ 100 millones que, casualmente, es un monto aproximado a la inversión que, junto a Javier, acaba de anunciar coronada por aplausos y felicitaciones. Forma parte de la legión de "promovidos", como Tierra del Fuego que no se tocan porque, según, Javier y Caputo II, son derechos adquiridos, entre otros, de Caputo I. Coincidencias.
Anote. La década 1964/1974, el inicio de la Guerrilla urbana con el infame asesinato del Gral. Aramburu, en el contexto del Estado de Bienestar, desarrollo con pleno empleo, política industrial exportadora, una década con 33% de crecimiento: la segunda de mayor crecimiento de la historia. Pobreza 4% y una distribución de país europeo desarrollado. ¿Condiciones pre revolucionarias? ¿A qué intereses serviría la "juventud maravillosa? Lo de Perón es un elogio: "estúpidos, imberbes".
Sólo una década previa con más crecimiento; ninguna posterior. Fue 1894/84 con 49 %, la segunda 1964/74 con 33%. En el SXIX y principios del XX el Informe Bialet Massé (encargado por J.V. González, la oligarquía preocupada y ocupada de las condiciones sociales) no dejó dudas de la realidad social y tampoco del interés de la vieja oligarquía por mejorarla. Algo que la burguesía industrial desde 1930 trató de acompañar. Sectores entonces económicamente poderosos que estaban lejos del espíritu de avaricia infinito de esta oligarquía de concesionarios parvenues guarangos nuevos ricos: que dejan el país para no pagar impuestos.
¿Son gente de bien?
Aquellos del Siglo XIX fueron años extraordinarios no se volvieron a repetir hasta que, la política de desarrollo, pleno empleo, estrategia industrial exportadora, maduraron en la década de 1964/74, con la industria exportadora.
Al final de esa década, recuperada la democracia plena y sobre todo la amistad política, se instaló el consenso explicito empresarial y sindical.
La Argentina tenía pleno empleo (3% desocupación friccional), 4% de personas en la pobreza y un Coeficiente de Gini equivalente al de los países desarrollados. Convergíamos lentamente, por que la inclusión social disminuye la velocidad, pero teníamos la clase media proporcionalmente más grande de los países en vías de desarrollo y el PIB más grande de América Latina, una sociedad igualitaria, con varios Premios Nobel y grandes proyectos a futuro. Un país pensado.
Lo estalló la Guerrilla Urbana Montonera, asesinato de sindicalistas y empresarios, huida de inversiones y empresas. Esa canalla de estúpidos e imberbes, creía que estaban dadas las "precondiciones revolucionarias", vaya saber al servicio de quién.
Dije "noche" e "industria". El lunes se celebró el "día de la industria" sin la claridad propia del día y más cerca de la noche en la que nada se ve y todo es incierto, si es que nos referimos a la suerte de la industria en tanto sector de la vida económica que caracteriza a los países de altísima calidad de vida colectiva a los que llamamos "países industrializados".
Porque es "la industria" la que ha brindado las condiciones a las que aspiramos y a la que aspiran los que migran a la búsqueda de ese cobijo hacia los países industriales o de los que han logrado la "convergencia". ¿Con qué otra estrategia ha ido convergiendo, China, India y los países asiáticos que lo lograron al final del Siglo XX?
Dijo C. Pellegrini en el albor del Siglo XX "sin industria no hay Nación". Hoy como ayer "sin industria" no hay inclusión y sin inclusión no hay Nación.
En el Día de la Industria, Milei dijo, la ignorancia es mala consejera, que "formas de crédito, subsidios, exenciones tributarias, barreras aduaneras y aranceles de todos los colores" conforman "sobreprotección". Pero en hacer eso "ahora", coinciden J. Biden y D. Trump. Y es lo que hace la UE y lo que promueve Vox, la "nueva derecha" a la que Milei cree pertenecer.
Lo insólito e inexplicable, es que, a pesar de lo dicho, lo mantiene para algunos (Tierra del Fuego, Mercado Libre, etc.) y lo propone en el RIGI con una suma de beneficios que nadie, en el planeta, otorga o ha otorgado.
La realidad es que al desastre heredado por el nuevo gobierno que, como vimos, es una herencia larga y tozuda, nos prometen (Francos dixit) dolarización, apertura a viva la pepa y una larga "noche de la industria". Siempre amanece.
