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El crecimiento real de 2022 será bajo: falta de dólares e inflación, los mayores riesgos

Según Ecolatina, la economía crecerá menos de 3% en el promedio anual (por el arrastre estadístico que dejó 2021) y entre puntas (diciembre vs diciembre), “el avance sería menor al 1% a lo largo de 2022”

El crecimiento real de 2022 será bajo: falta de dólares e inflación, los mayores riesgos
14 febrero de 2022

La actividad económica creció cerca de 10% en 2021, recuperando prácticamente la totalidad del terreno cedido a lo largo del pandémico 2020. “Para 2022, el panorama luce más complejo”, dice un nuevo informe de Ecolatina

No es casual, por ende, que las proyecciones sean muy modestas. “Estimamos que la economía moderará su crecimiento, avanzando menos de 3% promedio durante el año (en línea con el arrastre estadístico que dejó 2021). De hecho, al contrastar entre puntas (es decir, diciembre vs diciembre), proyectamos que el avance económico sería menor al 1% a lo largo de 2022, evidenciando una dinámica de la actividad todavía insuficiente para que se alcance en términos de PIB per cápita los niveles previos a la crisis del Covid-19”, dijeron.

Consumo privado sin despegue 

De cara a 2022, si bien tanto los salarios como las jubilaciones fueron de mayor a menor en 2021 y tendrán un arrastre positivo en el arranque de 2022, muchos de factores presentes el año pasado no estarán, o perderán fuerza: la recuperación en la cantidad de ocupados no será la de 2021, el tipo de cambio no se atrasará, las tasas de interés tenderían a ubicarse en terreno positivo y, por el acuerdo con el FMI y el hecho de que no hay elecciones, habrá menos bombeo fiscal. 

  • La decisión por parte del BCRA de acelerar el crawling-peg (+2,2% avanzó el tipo de cambio oficial en enero, en contraste con el 1,1% promedio del segundo semestre del 2021), las subas de tarifas de servicios públicos y otros precios regulados -como combustibles, que crecerá 9% en el segundo mes del año-  y los incrementos habituales de indumentaria y educación en marzo, se unirán a la elevada inercia del proceso inflacionario -el IPC núcleo viene ubicándose por encima del 3% hace 15 meses-, complicando la desaceleración de la inflación a lo largo de todo el año. “De esta forma, estimamos que, si bien el salario real podría continuar mostrando una mejora en el margen en la comparación interanual de los primeros meses, el buen desempeño se irá diluyendo conforme pasen los meses y persista la elevada inflación”, dijeron desde Ecolatina.  
  • Por el lado del empleo, la tasa de actividad y de ocupación ya son similares a la de los niveles previos a la crisis de 2018 y 2019. En 2021, el fuerte repunte en la cantidad de ocupados (Ecolatina estima +11,5% en el promedio anual) estuvo explicado por la recuperación de los puestos perdidos en la pandemia -fue liderada por asalariados informales y cuentapropistas, las modalidades que más sufrieron las restricciones-, y ese efecto no se repetirá con intensidad en 2022. Además, si miramos únicamente los asalariados privados, éstos habrían aumentado menos de 1% en promedio en 2021, por debajo del crecimiento poblacional, incluso pese a la significativa recuperación del empleo formal en la industria (+2,5% promedio).  
  • “Esta dinámica, junto a lo mencionado acerca del poder adquisitivo, refleja que la masa salarial, pese a que los salarios arrancarán el año mostrando subas en términos reales, permanecerá sensible a la incertidumbre económica durante este año. De todos modos, y en parte también gracias al arrastre estadístico, proyectamos que el consumo privado avanzará 3,2% en 2022, aunque terminará el año aún 3% por debajo del promedio de 2019 y más de 10% por debajo del alcanzado en 2017”, dijeron.  

Exportaciones e inversión: ¿margen para crecer? 

El desempeño de las cantidades exportadas también será menor al observado en 2021 -signado por la recuperación del comercio global- y crecería en línea con el arrastre estadístico. 

Uno de los limitantes son las acotadas perspectivas de crecimiento de Brasil, nuestro principal destino de exportaciones industriales: apenas se espera un avance de 0,3% para 2022, según el relevamiento de expectativas de ese país. Tampoco ayudará la moderación de la expansión de China (+5%) y el resto del mundo, especialmente en un contexto mundial en el que la aceleración de la inflación pone en primera plana el posible endurecimiento de la política monetaria.  

Uno de los posibles riesgos de esto último sería un shock negativo sobre el precio de los commodities. Si bien la soja se comercializó a aproximadamente US$ 570 la toneladas en la última semana, “no esperamos que el contexto internacional sea favorable -asumiendo que el conflicto armado entre Rusia y Ucrania no continúa escalando- al precio de los granos, por lo que no se repetiría un salto en los términos del intercambio semejante al del 2021”, dice Ecolatina. 

Además, las estimaciones de la campaña son conservadoras: en las próximas semanas el clima definirá el volumen de la cosecha gruesa, pudiendo condicionar tanto las cantidades exportadas del segundo trimestre, como la oferta de dólares. 

Por el lado de la inversión, en 2021 creció alrededor de 30,5% en función de la dinámica de la construcción y de las importaciones de bienes de capital. La inversión fue el componente que recuperó más rápidamente los niveles precrisis (ya se encuentra 14% por encima del promedio de 2019, pero un 5% por debajo de 2018) y por ese motivo es esperable una continuación en la recuperación, pero desacelerando el ritmo en las tasas de crecimiento hacia adelante. 

“Para 2022 proyectamos un crecimiento en torno al 4%, de la mano de un todavía favorable desempeño de la construcción que, según la encuesta que realiza el Indec, 90% de las empresas del sector estiman que la actividad aumentará o no variará en el corto plazo”, dice el reporte. 

¿Los servicios pasan al frente? 

Por el lado de la producción de bienes, las mencionadas perspectivas de la cosecha podrían generar que el sector agropecuario se mantenga con un crecimiento acotado o estancado a lo largo del 2022. Por su parte, la producción de la industria manufacturera puede verse afectada por el acotado crecimiento de Brasil, combinados con los riesgos de que un mayor tipo de cambio encarezcan el costo de los insumos y/o existan complicaciones para el abastecimiento debido una menor fluidez en el flujo de importaciones en un contexto de escasez de dólares (que también serían la consecuencia de menores cantidades exportadas y precios de commodities menos favorables). 

Además, la ralentización en el ritmo de expansión del consumo también tendría impacto sobre la producción de determinadas ramas asociadas al mercado interno (como prendas de vestir y calzado, que llegó a trepar 57% en el acumulado del 2021).  

Por otro lado, con la eliminación completa de las restricciones sanitarias, los sectores asociados al esparcimiento (hoteles, restaurantes, actividades culturales) y al transporte finalmente podrían retornar a los niveles de actividad prepandemia, teniendo en 2022 su postergada “revancha”. 

Sin embargo, dice Ecolatina, “en conjunto estos sectores representan alrededor de 12% de la actividad económica, por lo que no es de esperar que el empuje en la economía en general sea el similar al observado con la recuperación de la industria, la construcción o el comercio en general (que conjuntamente explican el 40%)”. 

Así, si bien tanto los bienes como los servicios ya recuperaron los niveles prepandemia (en noviembre, se ubicaron 7,7% y 1,2% por encima, respectivamente), los segundos tendrían algo más de margen para crecer en el corto plazo, mientras que los bienes mostrarían una ralentización más acentuada respecto de 2021.  

Después del verano

“Si bien esperamos que la recuperación continúe en los primeros meses del año -siempre que no se exacerben nuevamente las tensiones financieras- la cautela está asociada varios factores que podrían erosionar la dinámica positiva pasado el verano”, resume Ecolatina.  

Pasado el arranque del año se conjugarán varios factores preocupantes. 

  • Los riesgos asociados a una menor liquidación del agro, lo que podría complicar el financiamiento de mayores importaciones que promuevan la actividad económica vía una menor oferta de dólares.
  • El impacto de las correcciones cambiarias, fiscales y tarifarias con costos en el corto plazo en materia de actividad y consumo. 
  • Podría comenzar a diluirse la mejora “arrastrada” en términos de crecimiento del salario real si la inflación persiste en niveles elevados.  

“En síntesis, en 2022 la actividad económica mostraría un desempeño positivo, aunque moderado y sujeto a riesgos que deberán monitorearse”, concluye el informe. 

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