A raíz de la cantidad de gente que se encontraba en las calles de la Ciudad de Buenos Aires, distintos helicópteros de la prefectura se vieron obligados a sacar a los jugadores de la Selección Argentina. El presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia, se lamentó porque el conjunto "albiceleste" no pudo saludar a los hinchas de la manera que se había organizado.
"No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en el Obelisco, los mismos organismos de Seguridad que nos escoltaban, no nos permiten avanzar. Mil disculpas en nombre de todos los jugadores Campeones. Una pena", expresó "Chiqui" Tapia
De esta forma, los jugadores volverán al predio de la AFA luego de pasear con el micro descapotable por cuatro horas y media por la manifestación histórica que se realizó para festejar la obtención del tercer título mundialista.
El detonante fue que dos hinchas se lanzaron desde un puente hacia el micro y la seguridad decidió dar por finalizado el trayecto luego del descontrol. Uno de ellos cayó dentro de dónde estaban los jugadores y la otra persona no apuntó bien y fue directamente para dónde estaba la gente.
El micro comenzó su salida a las 11.30 y a las 16 apenas pasó la zona de Tapiales, por lo que los jugadores marcharon a Parque Roca para abordar helicópteros para volar sobre las multitudes que se configuraron en distintos puntos de la ciudad.
Con las calles colmadas de gente desde temprano, el micro salió desde Ezeiza, y en cada paso que dio lo esperaban miles y miles de argentinos y de argentinas, en otra jornada plena de pasión y calor popular.
Durante el recorrido desde el predio de Ezeiza, los jugadores nunca dejaron de cantar y celebrar. Y la canción que encabezó siempre el festejo fue la conocida como "Muchachos...", al ritmo de la banda "La Mosca".
También sorprendió la proactividad del entrenador, Lionel Scaloni, uno de los más mesurados en toda la campaña mundialista de la Argentina, quien decidió entregarse por completo al calor popular: en varias canciones, el DT hizo punta a la hora de comenzar a cantarlas, en el clima de fiesta que reinaba en la parte delantera del micro descapotable.
