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“No hay que financiarse para potenciar el consumo”

Entrevista a Martín Vauthier, economista del Estudio Bein & Asociados

15 julio de 2015

Martín Vauthier, economista del Estudio Bein & Asociados, señala que es necesario “sostener lo que se logró” y regresar al crédito, que es motor de inversiones.

A un mes de las PASO, el clima sigue siendo de cierta estabilidad. ¿Se puede mantener este panorama?

Lo que hay hoy es la política utilizando el atraso cambiario, con un tipo cambio que se mueve al 1% mensual más o menos, bien por abajo de la tasa de interés en pesos, y un tipo de cambio funcionando como semiancla nominal de la inflación -que cuando uno la anualiza ronda el 20-22%- y una política fiscal más expansiva, con programas sociales y jubilaciones aumentando por arriba de la inflación. Más el impacto de las paritarias, el crédito de las tarjetas de crédito que viene creciendo 20 puntos en términos reales y las devoluciones de ganancias tras el cambio normativo. Todo esto genera una demanda que se ve reflejada en la sensación y el clima de tranquilidad que tenemos. Entonces, no será la economía de 2011, cuando la disponibilidad de dólares era otra y la economía crecía al 6% o 7%, pero hay una mejora importante, y cuando uno mira el corto plazo, la perspectiva es que todos estos factores sigan; nuestra proyección para fin de año es un crecimiento del 1,5%.

¿Las dificultades en el frente cambiario no podrían volver?

Los dólares se consiguieron: a través de los swaps con China, las colocaciones en dólares de Nación e YPF, la provincia y la ciudad de Buenos Aires. Por el lado de la brecha cambiaria, hubo un salto pero fue algo contenido, no hubo disparada. La necesidad de dólares no crece y las divisas que se consiguieron a través de estos mecanismos, alcanzan para convalidar el crecimiento del 1,5% que proyectamos.

Frente a muchos temas, hay quienes plantean que es necesario un giro de 180 grados en la política económica. Teniendo en cuenta que los años de resultados más magros estuvieron recién entre 2011 y 2015, ¿hasta dónde es necesario un cambio tan drástico?

El objetivo es no revertir y sostener lo que se logró. Lo que pasó en 2011 fue que se agotó el excedente del sector externo. Argentina cuando empieza a crecer empieza a tener más importaciones y cuando ya no están los dólares para financiarlas, no podés seguir creciendo. Eso le pasó al país y en cierta medida a América Latina, aunque en ese caso tenía abierta la cuenta financiera y eso les permitió financiarse. Argentina llegó a ese límite y no fue por el lado de la agenda del crédito, por lo que se llegó al tope de crecimiento.

¿Y de cara al mediano o largo plazo?

Hacia adelante, el dato que es una ventaja enorme es que la deuda en el mercado, con riesgo de refinanciación está en 10,4%, un nivel inéditamente bajo. Entonces cuando mirás hacia adelante se puede conectar la agenda del crédito sin irte a un ciclo de endeudamiento como en los noventa o en Grecia hoy. El desafío es no tentarte de financiarse para potenciar el consumo y seguir usándolo como motor de crecimiento sino que vayan a inversión en sectores generadores de divisas que te permitan mejorar la productividad y aumentar la capacidad de generar divisas para superar estos ciclos de stop and go y para que los aumentos de consumo, que incrementan las importaciones, no tengan que ser financiados con deuda sino con exportaciones de tus propios sectores dinámicos. El desafío es ese más que revertir lo que se logró y volver a crecer desde abajo, que es lo que se venía haciendo: llegabas a tope, devaluabas, hacías el ajuste y volvías a crecer, pero cuando mirabas el crecimiento tendencial era muy bajo. Eso es lo que hay que superar.

¿El contexto internacional va a atentar contra eso, teniendo en cuenta que las commodities bajaron de precio y la Fed podría subir las tasas en pocos meses?

El escenario va a seguir siendo bueno, aunque no tan bueno como los anteriores. Porque cuando uno mira expectativas de suba de tasas de la Fed, creemos que va a ser muy gradual porque más allá de los datos de empleo, que están alrededor del 5% que la Fed considera pleno empleo, en Estados Unidos los niveles de endeudamiento público y privado están cerca del 80% del PIB en ambos casos y de alguna manera condicionan las subas de tasas porque aumentarían las cuotas de interés a las familias y al Gobierno. Otro límite es el superdólar. El dólar se fortaleció y está impactando sobre las exportaciones y complica la recuperación. A diferencia de los años '80-'90 que cuando Estados Unidos aumentaba la tasa, explotaban los emergentes, ahora subió la tasa y el que explotó fue Estados Unidos. Entonces si bien no va a haber un escenario de hiperliquidez global como ahora, cuando la Fed proyecta a largo plazo sus tasas las ubica por debajo de donde estaban en 2008 antes de la crisis. Y por el lado comercial, sigue habiendo por cuestiones estructurales una demanda de commodities de Asia que va a seguir configurando un piso, pese a la volatilidad que puede haber en el medio.

Por último, ¿cuál es el impacto en Argentina de lo que sucede en Grecia?

Hay un efecto sobre los emergentes, sobre las tasas de interés, pero como Argentina no se está financiando, no hay un impacto inmediato. Nación ya hizo una colocación de Bonar, la provincia de Buenos Aires tenía un vencimiento fuerte en octubre y ya consiguió los dólares, lo mismo la Ciudad. Pero todo depende de cómo siga la situación, hasta ahora las consecuencias fueron limitadas porque todavía se sigue esperando que haya algún acuerdo. Y en la Bolsa local hubo un efecto pero eso se mueve más por expectativas locales que por cuestiones internacionales.

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