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El 2,6% fue una mala noticia política

La economía no le va a aportar votos a Cambiemos y debe evitar que se los reste

12 mayo de 2017

La suba de 2,6% del IPC en abril, superando todos los pronósticos, fue una mala noticia económica para el Gobierno, y llegó en un momento políticamente inoportuno.

La economía no le va aportar votos a Cambiemos. Es poco probable que el que no haya votado por Mauricio Macri en 2015 vaya a hacerlo ahora para premiar su gestión económica. Pero debe evitar que, quienes sí lo votaron, dejen de hacerlo porque los resultados no fueron los esperados.

Esperando a las elecciones, el Gobierno aspira a obtener nuevamente un tercio de los votos como en las presidenciales de 2015. Para lograrlo, juega fuerte a la polarización porque entiende que, desde el punto de visto político, no hay motivos para que pierda el apoyo de la coalición social que lo llevó al poder. Pero esa estrategia requiere que la economía tenga un papel neutral porque, dado que no le sumará votos, debe asegurarse que no se los reste. Un tercio de los votos, con una oposición fragmentada, puede ser suficiente para asegurarse el triunfo.

La fecha clave es el 13 de agosto, cuando se realizarán las primarias porque los antecedentes muestran que no hay grandes modificaciones entre los resultados que se dan en esa instancia y los de las elecciones generales que este año se realizarán el 22 de octubre.  Por lo tanto, el plazo es muy corto para mostrar resultados contundentes,  y que además puedan ser percibidos por los votantes, en el terreno de la actividad económica y la creación de empleo.

Por lo tanto, en lo inmediato, el único logro que el Gobierno puede llegar a mostrar es el descenso de la tasa de inflación. En ese caso, tendría un éxito para exhibir si para la fecha de las elecciones se ubica en la mitad de la registrada el año pasado, ayudaría a mantener las expectativas favorables, y lo más importante, le daría mayor poder de compra a los salarios. Por eso, es políticamente razonable que el Gobierno, en esta etapa preelectoral, concentre su esfuerzo en bajar la inflación aún a costo de demorar la recuperación más intensa de a economía, porque para moderar las suba de precios recurre a instrumentos que claramente conspiran contra la actividad como las altas tasas de interés y el atraso cambiario. Las modificaciones que tiene que hacer en ese campo deberán esperar hasta después de las elecciones.

El 2,6% de inflación en abril fue un golpe político para el Gobierno porque conspira contra el único activo económico al cual puede recurrir para no perder  votos. Previo a las primarias se conocerán tres índices de inflación y cinco antes de las elecciones generales.  Y todos ellos deberán mostrar una atendencia descendente  si el Gobierno pretende mantener su caudal electoral.

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