Finalmente, tras varias idas y vueltas, parece que una de las noticias del año se está por confirmar: el próximo viernes, Elon Musk concretaría la histórica compra de Twitter.
El propio magnate notificó ayer a los coinversores que se comprometieron a ayudar a financiar su adquisición, por US$ 44.000 millones, que planea cerrar su compra antes del fin de semana.
Los inversores de capital, incluidos Sequoia Capital, Binance, Qatar Investment Authority y la surcoreana Mirae Asset, entre otros, ya recibieron la documentación necesaria para el compromiso de financiación de los abogados de Musk.
Esto último representa la señal más clara, hasta el momento, de que el magnate planea cumplir con la fecha límite de un juez de la Corte de Delaware para completar la transacción.
Cabe recordar que Musk anunció que compraría Twitter en mayo. Pero él mismo canceló el acuerdo unas semanas después porque la empresa habría incumplido con una de las cláusulas del contrato.
Se estipulaba que las cuentas falsas de la red social debían representar menos del 5% del total, algo que, según Musk, Twitter logró al manipular sus cifras. Sin embargo, la empresa negó las acusaciones y por eso llevó a juicio al hombre más rico del mundo, quien, al verse acorralado, decidió cumplir con su promesa.
Además del aporte de Musk, los bancos, incluidos Morgan Stanley y Bank of America, se han comprometido a proporcionar US$ 13.000 millones de financiamiento.
Por su parte, los inversores de capital, incluido el cofundador de Oracle Corp, Larry Ellison, y el príncipe saudí Al Waleed bin Talal, contribuirán con US$ 7.100 millones.
Tras conocerse la noticia, las acciones de Twitter se dispararon y cerraron con un alza del 2,45% a US$ 52,78 por unidad, muy cerca del precio de oferta de Musk de US$ 54,20.
Sin embargo, aunque el conflicto parece estar llegando a su fin, los problemas recién podrían estar comenzando para Musk: hasta el 75% de los empleados de Twitter podrían renunciar si el fundador de Tesla no cumple con una serie de demandas.
Entre ellas se destacan el pedido de que no haya ni un solo despido, que se respeten los beneficios como el trabajo remoto, indemnizaciones justas, respeto a la diversidad cultural y sexual y polítca, y no ser "tratados como peones en un juego de multimillonarios".
La carta, publicada por Time
