ENTRETENIMIENTO

5 series y películas para ver este fin de semana en Netflix, Prime Video, Flow, y Max

Una selección con las series y películas recomendadas para este fin de semana.
Las 5 mejores películas y series para ver este fin de semana El Economista
Oscar Mainieri 20-09-2024
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Una selección especial con las mejores series y películas, que incluye también estrenos en salas de cine.

Estas son las series y películas para ver en el fin de semana en Netflix, Prime Video, Flow y Max.

1. Miniserie para ver en Netflix: Monsters: La historia de Lyle y Erick Menéndez 

Tras el éxito de Dahmer, ha llegado el nuevo producto de Ryan Murphy (RatchedAmerican Horror StoriesHalston). Esta vez, sus colmillos se hunden en la sabrosa historia de dos hermanos de Beverly Hills, que una noche de agosto de 1989 decidieron pulverizar a escopetazos a sus padres, José (Javier Bardem) y Kitty Menéndez (Chloë Sevigny).

El combo es por demás atractivo: el parricidio es un tema que cautiva desde el inicio de los tiempos. No hay más que recordar la amplia cobertura que en su momento tuvieron en nuestro país los casos de los hermanos Schoklender o Da Bouza. Si a eso le sumamos las dosis de morbo que Murphy suele insuflar a sus guiones, la vida de ricos y famosos que malogran su destino pese a tenerlo todo desde el punto de vista material, la agenda homo erótica y cierta pretensión didáctica (no hay punto sobre los abusos sexuales que no quede por revelar), la historia de los Menéndez tiene asegurado el éxito.

Lo cierto es que, tras confesar el hecho, los dos hermanos afrontaron dos juicios. Uno, que fue anulado, en donde la principal estrategia de la defensa fue esgrimir el relato de todo tipo de abuso que sufrieron los hermanos por parte del padre con la connivencia de la madre que, o hacia la vista gorda, o también trasgredía límites en la relación con sus hijos.

El segundo juicio, que les valió la condena a cadena perpetua tras la anulación del primero, tuvo un vicio de partida que fue impedir que el tema del abuso se tratara.

No vamos a tratar aquí las alternativas que derivaron en tamañas decisiones por parte de la justicia estadounidense. Ideológicamente, la serie se muestra ambigua sobre la motivación del crimen. ¿Fue, como se sostuvo desde un primer momento, un plan premeditado por los hermanos para acelerar el cobro de la herencia? ¿O los abusos existieron y la relación con los padres había escalado hasta tal punto que los dos hermanos temían ser asesinados por ellos?

En manos de Murphy, cabe pensar que las detalladas descripciones del abuso obedecen -en parte- al morbo que tales relatos pueden incentivar en la audiencia. En parte, a una función pedagógica, para que a los espectadores les quede claro, de una vez y para siempre, lo que es que alguien que tiene poder someta a todo tipo de vejámenes -físicos, emocionales- a alguien que está en una relación de inferioridad.

El episodio 5 sorprende por manejarse en una delicada cuerda floja entre el exceso de lo que se cuenta y el logro formal -está resuelto en una única toma que dura 35 minutos. Es allí en donde el hermano menor, Erik (Cooper Koch), teniendo como testigo a su abogada Leslie Abramson (Ari Graynor), narra en detalle los ultrajes a los que lo sometieron su padre y hermano a lo largo de los años.

El homo erotismo aparece también al introducir la variable del incesto entre hermanos y en la explotación que Murphy hace de los cuerpos de los varones, que se la pasan desnudándose con la excusa de que son deportistas, o en los ceñidos speedos que lucen y sobre los que la cámara se demora.  

El grotesco es otra de las marcas de fábrica del estilo Murphy, no sólo en la caracterización de personajes, también en el estilo actoral.

El hermano mayor, Lyle (Nicholas Alexander Chavez), propenso a los estallidos de violencia, de a ratos recuerda al Scarface de Al Pacino. 

El gran Javier Bardem puede mostrar toda su amplia gama de recursos expresivos, desde la conducta más sádica hasta la ternura de un padre incomprendido, según sea el punto de vista de quien esté invocando a su personaje.   

Uno de episodios exhibe la mirada de los padres, lo que también le ofrece posibilidades de lucimiento a Sevigny, una actriz especializada en roles poco convencionales. En nuestro país, -en una narración de ribetes similares que acentuaba lo trágico de la historia- tal rol fue compuesto por la notable Alicia Bruzzo (Pasajeros de una pesadilla, dirigida por Fernando Ayala en 1984).

El personaje de Judalon Smyth (Leslie Grossman), la amante despechada del psicólogo que trataba a los muchachos, está jugado en términos de caricatura, con sus conductas oportunistas, sus labios enrojecidos como morcillas. Menos cargada, la sorna de Murphy se abate en general sobre los peinados y el vestuario de la época, subrayada en el caso de caracterizar físicamente a las autoridades policiales. 

La narración fluye dinámicamente, entre criticas al sueño americano, al patriarcado y reiteraciones de la horrorosa escena del homicidio, aunque se hubiera agradecido una mayor condensación del guion: 9 episodios son demasiados para esta historia.

El nivel de producción es muy alto, y la calidad actoral, superlativa. 

La pregunta sobre la motivación persiste. ¿Los hermanos Menéndez mataron por avaricia, o por ya no resistir las presiones de sus padres, afincadas en un pasado de abusos?  

Recomendada.

2. Película para ver en Max: Los hermanos Menéndez: ¿víctimas o verdugos?

Este breve documental con producción de The Discovery Channel propone la relectura del caso de los hermanos parricidas a la luz del reclamo de miles de adolescentes que proclaman en Tik Tok -con millones de visitas a sus posteos- que ellos fueron víctimas de abusos. 

Vemos niñas de 18 años que argumentan con la seriedad de profesionales de la salud mental que las condenas a perpetua deberían ser revisadas porque, al ser dictadas, se había desestimado por parte de la justicia la temática de los abusos, vista en ese entonces como una estrategia diseñada por la defensa.

Por suerte, también son entrevistados profesionales especializados en traumas para considerar que, a principios de los años 90, no se conocían los alcances que las conductas abusivas pueden producir en niños, jóvenes o adultos. 

El documental también se pregunta si estas niñas, que han hecho un culto alrededor de los Menéndez, no encarnan una tendencia romántica hacia esos jóvenes, basándose en su apostura y su malogrado destino. 

Por otro lado, uno de los hermanos, cansado de pedir apelaciones a través de los abogados para que revean su caso, conversa telefónicamente desde la cárcel con los responsables del documental, insistiendo que los abusos que sufrió junto a su hermano sean considerados por la justicia.

Con un amplio desfile de imágenes de los juicios y de la cobertura televisiva y periodística del caso, se hacen notar creencias imperantes en la época, como aquella que decía de que los hombres no podían ser víctimas de violaciones. También se exhiben registros de célebres conductores y actores que se burlan de los hermanos; hoy nadie se tomaría a la chacota a posibles víctimas de tales conductas traumáticas.

Buen complemento para quienes quieran contrastar la ficción de Murphy con los archivos de la época.   

3. Serie para ver en Flow: Blood

La primera temporada de esta serie irlandesa (6 episodios) no dejará a nadie indiferente, con su mezcla de drama familiar y suspenso. 

Cat (Carolina Main) debe regresar de Dublin, en donde vive sola y se autoabastece, al lugar en donde nació porque su madre ha fallecido por un accidente.

Cat es una muchacha impulsiva y ha sido catalogada como la "loca" de la familia por un hecho que atestigua haber visto y que ni sus dos hermanos ni su padre creen que haya sucedido.  

A poco de haber llegado, Cat comienza a sospechar que su padre -el médico del pueblo- pudo haber estado involucrado en la muerte de su madre.

Comienza a investigar, pero aquel antecedente le juega en contra. No cuenta con el apoyo de los hermanos y, menos que menos, de su padre.

La acción se desarrolla en medio de hermosos parajes rurales, en donde los misterios parecen hallarse escondidos debajo de cada piedra.  Los personajes son bastante emotivos en sus respuestas, y tienen la virtud de parecer gente normal y no que sale de un casting en donde se contrató a los más bellos. 

Ya de por sí afectada por la muerte de su progenitora, Cat deberá enfrentar otra muerte traumática y su propia vida se verá puesta en peligro.

Con excelentes interpretaciones del elenco, con el veterano Adrian Dunbar a la cabeza en el rol del padre -al que reviste de una ambigüedad que pivotea entre la contención y el desborde-, un suspenso que se incrementa minuto a minuto, el cambio de punto de vista del último episodio dejará a más de uno sin aliento. 

Muy recomendada.

4. Película para ver en Netflix:  Disco, Ibiza, Locomía

De España viene esta película tan liviana como intrascendente, que destaca por su colorido y frescura.

Los guionistas Marta Libertad y Kike Maíllo se han propuesto historiar al grupo que causó sensación a comienzos de la década del 90, con sus vestimentas extravagantes y sus abanicos apabullantes.

Un grupo de amigos se muda a Ibiza para intentar trascender con sus diseños de vestuario. Con Xavi Font (Jaime Lorente) al frente, la pasan muy bien, entre drogas, sexo y mucha costura. Logran hacerse notar en una fiesta de homenaje a Freddie Mercury, en donde los ve desfilar un productor musical, José Luis Gil (Alberto Ammann).

Sin saber cantar, pero sí bailar, Gil les propone armar un grupo musical con una base de dance. Pronto los muchachos, la mayoría de ellos gays, escalan los rankings en España y Latinoamérica. 

Con el éxito llegan la disciplina y las desilusiones. 

Gil funciona como una suerte de figura paterna, que pone límites a los excesos de los integrantes del grupo. Ninguno puede hablar sobre sus preferencias sexuales para no desmotivar al público femenino. Vienen las giras y la extenuación. Font se rebelará ante el régimen draconiano que les impone el productor y buscará la independencia como diseñador. 

Ni corto ni perezoso, Gil sustituirá al equipo por otro, encabezado por el hermano del rebelde, que si sabía cantar.

Aquí el guion es lo que menos interesa. Sí importan el vestuario y los números musicales, la intensidad con la que viven su desenfreno los muchachos, el colorido y el desparpajo.

Con algo de estudiantina, un estilo visual con inscripciones a lo Heartstopper, agilidad en el montaje, Disco, Ibiza, Locomía logra su objetivo de entretener, lo que es bastante. 

5. Película para ver en Prime Video: Atrapado sin salida

Basada en una de las novelas fundacionales de la contracultura estadounidense que surgió en los años 60, este film de Milos Forman se alzó con los 5 Oscars principales de 1975 (mejor película, director, actor, actriz, adaptación), derrotando a rivales de fuste como el Barry Lyndon, de Stanley Kubrick, y la portentosa Nashville, de Robert Altman.

En 1963, un veterano de la guerra de Corea, McMurphy (Jack Nicholson), es acusado de un crimen y alega insania para no ir a prisión, creyendo que de un manicomio le va a ser más fácil fugarse. 

Una vez internado, el avispado McMurphy descubrirá que las leyes que rigen el nosocomio no son muy distintas a las que rigen a la sociedad, y buscará encender una chispa de rebeldía en sus compañeros, adormecidos por las drogas que le son suministradas por la jefa de enfermeras Ratched (Louise Flechter).

A través de partidas de póker y excursiones fuera de programa, con prostitutas y licor, McMurphy irá liberando los sueños atrofiados de los internados, provocando la ira de Ratched, con quien luchará a codo partido por imponer su criterio. Si nuestro antihéroe pierde la partida, su futuro es uno de eternos electroshocks y atrofia mental...

El autor de la novela, Ken Kesey, la escribió en medio de sus experimentaciones con el LSD. La adaptación de Forman busca un sustento realista que logra que sea fácil identificarse con McMurphy y sus compañeros, con sus ansias de disfrutar de la vida.

Jack Nicholson se establece como el máximo actor de su generación con este rol (el año anterior Barrio Chino le había valido el estrellato). Louise Flechter, una actriz con contadísimas apariciones en pantalla, se ganó el Oscar por una interpretación en donde cuenta hasta el rubor de sus mejillas ante las inconductas que debe regular.

Milos Forman, la mayor promesa del cine Checoslovaco, tras Los amores de una rubia (1965) y ¡Al fuego, bomberos! (1967), no comprometió su estilo cuando realizó su primer film estadounidense, la increíble sátira Búsqueda insaciable (1971), en donde unos padres de clase media acudían a seminarios para aprender a fumar mariguana y no perder contacto con la hija adolescente.

Forman buscaba la espontaneidad, con un registro casi documental de las conductas de los jóvenes en sus derivas ante una generación de mayores que no los comprendía.

Si bien el espíritu de la contracultura continua en las temáticas de los films que siguieron a Atrapado sin salida (HairRagtimeAmadeusValmont), con personajes que iban a contrapelo de lo que dictaban las normas sociales de los ambientes en que interactuaban, se le criticó la pérdida de frescura a nivel formal que tenía en sus inicios por adoptar un enfoque académico. A Forman, aparentemente, no le importó, porque sus películas y él mismo seguían cosechando Oscars y los favores del público.    

Comedia negra como pocas -por meterse con un tema tabú como la salud mental y el funcionamiento de las instituciones que están destinadas a su tratamiento-, Atrapado sin salida es una de esas películas que perduran en la memoria de quienes la han visto.

Imperdible.