El Economista - 70 años
Versión digital

jue 28 Mar

BUE 25°C
Quiebre

Las consecuencias políticas de la renuncia de Máximo

La salida de Máximo Kirchner pone en evidencia la disconformidad de la accionista principal con la gestión del gobierno

Máximo Kirchner
Máximo Kirchner
Augusto Milano 01 febrero de 2022

Alberto Fernández y el kirchnerismo tenían incentivos diferentes frente al FMI. El Presidente impulsaba un  acuerdo que consideraba imprescindible para terminar su mandato sin desbordes en la economía. El kirchnerismo más duro quería sostener su presencia en la política argentina manteniendo sus banderas entre las que está la no injerencia del FMI en la política económica. La incompatibilidad entre ambas posiciones era evidente.  

Por eso, luego del acuerdo, mientras un sector del oficialismo lo festejaba, otro se llamó a silencio. Pero ayer finalmente se expresó a través de Máximo Kirchner. Según Fernández, Cristina no estaba de acuerdo con la decisión de su hijo de renunciar a la presidencia del bloque, pero admitió que también tenía una visión crítica del acuerdo.   

El acuerdo con el FMI es que es de ejecución continúa y ese es su principal rasgo político. El tema no se agota con una votación en el Congreso sino que implica el monitoreo trimestral de su cumplimiento por parte del organismo. La presencia del FMI será una constante en Argentina en los próximos años, una herida para el kirchnerismo que siempre destacó entre sus logros haber terminado  con la influencia del Fondo en el país y que ahora restituye el gobierno de una coalición que integra.  

La decisión de Máximo clarifica la situación del oficialismo porque pone en evidencia, una vez más, la disconformidad de la accionista principal con la gestión del gobierno. De todas maneras, el liderazgo de Cristina ha perdido fuerza en los últimos tiempos y la decisión de Máximo seguramente no ayudará a recuperarla. La situación del kirchnerismo es compleja. Si el panorama  económico se deteriora como consecuencia del acuerdo podrá decir que tuvo razón en oponerse, pero un fracaso del gobierno también lo arrastrará porque fue el que lo encumbró.

En una situación distinta está el Presidente porque cada apoyo que reciba el acuerdo tendrá a partir de ahora una indudable lectura política, dado que deberá ser entendido como un respaldo a su estrategia en contraposición con la del kirchnerismo. Tiene la oportunidad ahora de fortalecer su poder dentro de la coalición oficialista.

El tratamiento del tema en el Congreso, que debe aprobar el endeudamiento del país que implica el acuerdo, está lleno de interrogantes, pero intentar evitarlo implicaría un deterioro institucional. No está claro cuántos legisladores del FdT votarán la propuesta del gobierno ni que harán los de la oposición que pueden argumentar que no se les puede pedir un apoyo a ellos que el oficialismo no brinda.  En este contexto, la figura de Sergio Massa, como presidente de la Cámara y firme defensor del acuerdo puede tomar un mayor peso en esta etapa.

Otro interrogante es el comportamiento que tendrán los integrantes de La Cámpora que están en el gobierno, en particular el ministro del Interior De Pedro. Luego de la derrota en las primarias presionó de manera inadmisible al Presidente con su renuncia.  Difícilmente lo vuelve a hacer, porque en este contexto, corre el riesgo de que se la acepten.

LEÉ TAMBIÉN


Lee también

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés