En el intrincado entramado de la política, y particularmente en los momentos de ferviente campaña, emerge con claridad una de sus tareas fundamentales: la correcta definición del adversario. En este escenario, se despliegan diversas estrategias destinadas a moldear la percepción pública de manera que resalten aquellos aspectos que resultan convenientes para cada actor involucrado.
En este marco podemos situar las recientes declaraciones del candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, que esta semana dijo que irá a un balotaje con Sergio Massa.
"Estamos entrando al balotaje. Tuvimos un crecimiento muy importante post PASO. Iremos al balotaje con Massa. Si Juntos por el Cambio queda tercero, habrá un rompimiento del sistema político. El sistema político como existía hoy ya no existe más", dijo el economista el lunes pasado en declaraciones radiales.
No es el primer gesto que esboza muecas de reciprocidad entre el candidato libertario y el de Unión por la Patria.
De parte del titular de la cartera económica del Gobierno actual hubo una respuesta positiva a la solicitud de Milei de postergar el tratamiento de la Ley de Presupuesto 2024 hasta pasadas las elecciones generales del 22 de octubre.
Si bien el ministro no aceptó posponer su envío al Congreso, sí se plegó a retrasar su debate y tratamiento condicionando los lineamientos de la ley a quien gane, en principio, las próximas elecciones.
¿Cuál es el sentido de este pedido del líder de La Libertad Avanza al candidato oficialista? El principal problema para LLA radica en que, de repetirse un resultado como el de las PASO -o similar-, accederían a 41 bancas en Diputados. Es decir, Milei queda en la posición de tener que recurrir a acuerdos con Juntos por el Cambio o Unión por Patria indefectiblemente, si accede a la presidencia.
Ante esto, si Massa -eventualmente derrotado- decide dejar un presupuesto con muchas restricciones, condenaría a Milei a tener que pensar en acuerdos con un Congreso donde estará en minoría, y debilita la posición de una administración nacional que no tendría capacidad de tomar decisiones propias en lo ejecutivo.
La narrativa
Una de las inconsistencias que se encuentran en la discursiva del mileíismo es que el planteo de que La Libertad Avanza es la mejor opción para vencer al kirchnerismo no se plasma en la comunicación de campaña. A menudo vemos un Milei que, junto al aparato digital instituido para sostener a la fuerza política, le pega más a la otra alternativa opositora -Juntos por el Cambio- que al kirchnerismo.
El trasfondo del mensaje que brindó el lunes sobre ir a un balotaje con Massa es una declaración en todo sentido. ¿Qué prefiere Milei? ¿Desea un balotaje con el actual ministro de economía o con Patricia Bullrich?
La lógica marca que, para cualquier ciudadano que crea que una derrota del kirchnerismo es lo mejor que le puede suceder al país, el deseo debiera ser un balotaje entre Milei y Patricia Bullrich. Incluso si, como en el caso de Milei, significa que la discusión definitiva será con aquellos con quienes más similitudes tiene, sería mejor para el país garantizar un giro pro-mercado, capitalista y defensor de la libertad.
Aún así, la estrategia de La Libertad Avanza refleja hoy con mayor nitidez la voluntad de subir a Massa al ring y rivalizar con mayor vehemencia con el espacio que contiene a los votantes que -en principio- debería ir a buscar para el balotaje que se imagina. La pregunta es: ¿por qué?
El mapa de los vínculos con el massismo
Martín Urionagüena es el presidente de la agrupación empresaria que controla el Parque Industrial de Tigre y había sido designado armador de Javier Milei para la zona norte de Buenos Aires. Sus jefes, Carlos Kikuchi y Sebastián Pareja -armadores nacionales de LLA- le comenzaron a "sugerir" nombres para cargos, entre los cuales se destacaba el de Juan José Cervetto, excandidato del Frente Renovador y armador histórico massista en aquellos lares.
Cuenta el propio Urionagüena que fue invitado por Malena Galmarini, el pasado 23 de junio, a sus oficinas de Islas Orcadas 765, en Tigre, para aclarar los tantos y alinear a la tropa de Milei con el armado de su esposo.
Ante la negativa de este a integrar la estructura del Frente Renovador, alegando que por su espacio solo participarían personas pro-mercado que venían sin "prontuario" político, este acusa que Malena le dijo en un audio (que alega conservar): "Bueno Martín, hagamos esto. Vos presentá tu lista de La Libertad Avanza y yo presento otra lista de La Libertad Avanza. Después vemos a quién le da la razón la Junta Electoral".
El inminente rompimiento se intentó evitar a toda costa desde arriba. Llamaron a Urionagüena desde Eduardo Menem (hermano del fallecido expresidente y operador de Milei a nivel nacional) hasta Pareja y el propio Kikuchi. Todos con la intención de que cumpla "el único requisito de Malena": que Cervetto entre como concejal.
La conjunción del Frente Renovador con La Libertad Avanza se amplió por todo el Gran Buenos Aires. En Escobar, el candidato a jefe comunal fue Eduardo Gianfrancesco, que viniendo del massismo desplazó al coordinador local y aspirante al cargo por parte del armado libertario, Maximiliano Patti, que terminó fuera de la lista. Gianfrancesco salió segundo y aspira a la intendencia.
En Avellaneda se postuló a intendente el excandidato a concejal del Frente Renovador en 2015, Matías Ascurra, de quien se viralizó un audio diciendo "no voy a poner US$ 60.000 en las listas para que venga cualquiera sin nada y sea concejal", en referencia a que el administraría las candidaturas conforme a su criterio y conveniencia. Lo acompañó como primer candidato a concejal Arnaldo "Pepo" Díaz, también del massismo, de profesión patovica y 4 veces denunciado por violencia de género por su exesposa.
En San Isidro el candidato fue el cuñado de la hermana de Malena Galmarini, Rodolfo Paolucci. En Lanús, el primer candidato a concejal fue el operador del peronismo local, Pedro del Oso, secundado por la operadora massista de la ciudad y amparada por el presidente de Lanús, Nicolás Russo, Marina Ayesa. En Moreno se candidateó Andrea Vera, la hija del histórico armador de Cristina Kirchner, Ramón Vera.
San Pedro no escapó a esta lógica, donde se candidateó a intendente el exintendente interino entre 2021 y 2023, y afiliado al peronismo, Ramón Salazar. En Colón se postuló la referente del sindicalismo filokirchnerista Rosana Sejas, quien armó la totalidad de la lista de concejales y es, además, la esposa del sindicalista de UATRE, Pablo Ansaloni.
Tal es el vínculo con UATRE, que el partido que dicho sindicato controla, FE -históricamente funcional a Massa-, se integró a La Libertad Avanza sobre el cierre de las listas y obtuvo el quinto lugar como candidato a Diputado Nacional por PBA para el propio Ansaloni.
Consultores y colectoras: Agulla, Francos y el nexo armenio
Ramiro Agulla fue un demandado publicista en la década de los '90 (encumbró, junto a su histórico socio Carlos Baccetti, a Chupete) que trabajó para Massa en la campaña presidencial de 2015 y la legislativa de 2017 que volvió a la escena en 2020 para impulsar las candidaturas de Milei y José Luis Espert. "Convertir su mensaje en algo que la gente pueda entender", era su objetivo.
En una nota escrita por Hugo Alconada Mon, salió a la luz el apoyo que Massa le brindó al consultor para que se encargue de levantar el perfil de los economistas liberales. La ecuación era muy simple: le quitaban votos a Juntos por el Cambio y el costo no era significativo.
En el interín, el actual ministro de Economía le fue a pedir dinero a Eduardo Eurnekian, titular de Corporación América y a quien Milei asesoraba, para financiar este proyecto, que corría en paralelo a otra "colectora" que el tigrense se dedicó a construir: la de Florencio Randazzo en 2021. El propio Agulla aseveró que "Eurnekian bajó billete para la campaña de Milei y Espert y que Massa prometió cumplirle con favores que le adeudaba".
No es el único recurso que se formó en Corporación América que pasó por las filas de Massa y hoy recaló en el armado del León. El abogado Guillermo Francos, exdiputado nacional, tuvo diversos cargos directivos en la empresa de Eurnekian, llegando a presidir el Banco Provincia durante los dos mandatos de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires, hasta que en 2019 el actual oficialismo lo promovió como Director Ejecutivo por Argentina en el BID.
A fines de agosto, el funcionario presentó la renuncia al propio BID para integrar el equipo de Milei como posible Ministro del Interior. "Estoy convencido de haber honrado la confianza, como también lo estoy de aceptar trabajar en el equipo que lidera Javier Milei para construir una Argentina liberal como la concebía Alberdi: moderna, desarrollada, más justa y más digna", dijo Francos en su carta de salida.
Un llamativo giro alberdiano para un funcionario de carrera afín al massismo y al kirchnerismo, al cual saltó dejando atrás el partido de Cavallo, Acción por la República, en 1998, para unir fuerzas con personajes que volantearon desde el liberalismo que ahora dice abrazar, como Scioli o el propio Massa.
La estrategia del presidenciable libertario es un salvavidas para el actual titular de Economía, ¿o es el diseño que pensó Massa para condensar un mayor volumen político?
En el medio de una gestión que acaba de marcar el récord inflacionario intermensual en los últimos 32 años con 12,4%, y un incremento interanual que ya corre al 124%, lo mejor que le puede pasar a Massa es que quien lidera la intención de voto o marca la agenda opositora lo elija como rival.
Sumado a eso, nada mejor para reavivar la llama que pueda quedar del discurso vacío sobre los derechos adquiridos con los cuatro kirchneratos que el candidato que dice que va a pasarle la motosierra al Estado y al gasto. Ante la motosierra, Massa buscará vender raciocinio, moderación y capacidad de gobierno.
Chorro, subhumano, montonera, micrófonos ensobrados, basura, corruptos...
Milei no escatima calificativos para describir a sus adversarios, aunque hay uno con el cual se cuida particularmente, y es Massa. Es común que en sus apariciones públicas lo nombre sí y solo sí se lo mencionan y difícilmente, por no decir nunca, se le escapa una acusación del mismo tener que tuvo respecto de sus adversarios de Juntos por el Cambio.
El periodista de La Nación, Martín Rodríguez Yebra, hizo un análisis de los 377 minutos de aire que tuvo Milei hace dos semanas concluyendo que mencionó a Massa tan solo diez veces, siete en un contexto de neutralidad y tres como parte de una oración crítica. Como contracara, menciona mucho más a Bullrich seguido casi siempre de una descalificación.
No pegarle a Massa e ir a fondo contra Juntos por el Cambio, sabiendo que en dos terceras partes de los escenarios propuestos en las boletas, el massismo prolifera en el sistema político argentino: otro capítulo de la relación entre Massa y Milei.
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El pacto M&M, según la diputada Sabrina Ajmechet
"El peronismo y los milicos quisieron pactar en el '83 para que nada cambie. Fracasaron porque ganó Alfonsin, ganó la democracia. El PACTO M&M va a fracasar igual. Porque va a ganar Patricia Bullrich y va a ganar el cambio", dijo la diputada.
