Horas agitadas volvió a vivir ayer el Congreso en donde se reanudó el debate por el acuerdo con el FMI con la exposición de centrales obreras, cámaras empresarias y gobernadores.
Sin embargo, el principal foco de atención estuvo puesto en las negociaciones de los bloques por la redacción de la iniciativa y las diferentes posibilidades a la hora de dictaminar. Tal como contó El Economista, Juntos por el Cambio se mantiene firme en la idea de votar el nuevo endeudamiento escindido del programa económico diseñado por el titular de Hacienda, Martín Guzmán.
Ayer, el titular de la Cámara Baja, Sergio Massa, trabajó para alcanzar consensos y una redacción unificada del texto que hoy se pondrá a consideración en un nuevo plenario de las comisiones de Presupuesto y Finanzas, con el objetivo de emitir despacho. La idea que impera es que todos los sectores involucrados cedan al menos parcialmente en sus pretensiones para poder acordar.
Según pudo averiguar El Economista, Massa mantuvo diálogo con la oposición (se reunió con Mario Negri, Juan Manuel López y Luciano Laspina), también se reunió con los jefes de los bloques opositores minoritarios, con la Casa Rosada, con el ministerio de Economía y hasta con el staff del FMI.
Las definiciones a las que arriben los dos grandes bloques aparecerán hoy en el plenario que estará conducido por Carlos Heller, en el que las dos coaliciones mayoritarias medirán fuerza para saber cómo llegan parados a la sesión que se prevé para el jueves o viernes. Posibilidades hay muchas y dependerá de cuántas voluntades haya de una lado y otro.
La jornada de ayer estuvo cargada de versiones cruzadas y tal como había anticipado El Economista, los referentes legislativos de Juntos por el Cambio le hicieron saber Massa que pretendían una redacción tal que les permita tener una votación por separado.
De hecho, anunciaron que de no mediar cambios en la redacción impulsarían un dictamen propio y hasta dejan trascender que el oficialismo no tiene los números para avanzar sin el apoyo (al menos parcial) de la principal bancada opositora con la iniciativa de Guzmán.
Ayer por la tarde, los referentes legislativos de JxC se reunieron en el despacho de Mario Negri (por la mañana se habían reunido con Massa), y mantuvieron un estricto silencio respecto de lo conversado.
El mensaje había quedado claro el lunes en el inicio del debate en la voz de Luciano Laspina. JxC no quiere ser corresponsable del rumbo de la macroeconomía, y mucho menos en un contexto en la que el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, boicotea la aprobación del acuerdo desde las propias filas oficialistas.
Si bien en el plano legislativo y luego de varias desinteligencias JxC parecería avanzar en una estrategia unificada, la voz discordante la puso el gobernador de Jujuy y titular de la UCR, Gerardo Morales, quien dijo que del debate hay “que salir con una ley". Lo dijo al exponer en el plenario junto a otros mandatarios.
“Estoy convencido de que surgirán los mecanismos en el Congreso Nacional para que la Argentina apruebe un acuerdo con el FMI. Esto es necesario porque un default complicaría la economía”, sostuvo en un mensaje que parecía dirigido a los propios.
La estrategia del oficialismo en el plenario buscó sumar voces de gobernadores no pertenecientes al FdT, dado que además de Morales, también expusieron Gustavo Sáenz de Salta y Omar Gutiérrez de Neuquén, y todos también se mostraron favorables al acuerdo.
