Primero lo planteó Elisa Carrió. Luego, en una actividad virtual, la candidata del PRO, María Eugenia Vidal insistió: “Vamos por la presidencia de la Cámara de Diputados”. Los dichos de Vidal provocaron una fuerte reacción en las filas del oficialismo que salió a tildar de “anitdemocráticas” las declaraciones y cerraron filas detrás de la figura de Sergio Massa.
Y es que hay que remontarse al 2001, para que encontrar un antecedente en el que un diputado opositor, presida la Cámara Baja. Ello fue el 10 de diciembre de 2001, cuando Eduardo Camaño del peronismo, asumió como titular del cuerpo, en la antesala de lo que sería la debacle del gobierno de Fernando De la Rúa.
Someter a votación a la titularidad del cuerpo no solo sería romper la tradición en la Cámara Baja, sino que además colocaría en la línea de sucesión a un dirigente de la oposición.
Es por ello que fueron varios los diputados y dirigentes del oficialismo que ayer salieron con los tapones de punta a señalar los riesgos de un avance institucional en caso de que la oposición decida avanzar en ese sentido.
“Como es que se dicen republicanos y se quieren quedar con la presidencia de la Cámara de Diputados para ponerse en la línea de sucesión presidencial, sin tener mayoría”, se preguntó ayer el legislador y candidato porteño Leandro Santoro.
Con los resultados de las PASO, tanto el Frente de Todos, como Juntos por el Cambio quedarían casi con la misma cantidad de legisladores (entre 117 y 118) lo que deja a ambas bancadas en un virtual empate técnico, y deja en claro que sea cual fuere el resultado en las generales de noviembre, ninguna de las dos bancadas obtendría quórum propio, lo que obligará que se trabajen los consensos.
Por su parte, el diputado del PRO por Mendoza, Omar De Marchi, moderó los dichos de Vidal al señalar ante El Economista que es “apresurado” el debate, y agregó que “hay que tener los resultados sobre la mesa” para dialogar con el oficialismo.
Algunas voces opositoras señalan que los dichos de Vidal se enmarcan más en la campaña y en la búsqueda de un “voto útil” (para que no se fugue a otras ofertas como la de Javier Milei o José Luis Espert) que en un verdadero deseo de reclamar la titularidad de la Cámara Baja.
El telón de fondo de esta disputa es la parálisis que sufre el tratamiento del Presupuesto, que se suponía comenzaría a debatirse en la primera semana de octubre, pero todavía no tiene fecha la exposición del ministro Martín Guzmán. Incluso, el lunes pasado hubo una reunión presencial de los disputados del bloque del FdT (de la provincia BA y CABA) en la que no se abordó la cuestión. El debate viene demorado.
Y es que el oficialismo está trabajando los consensos internos, para luego avanzar con el debate, más allá del reclamo realizado día atrás por el interbloque de JxC, que pidió la presencia de Guzmán para explicar los lineamientos del proyecto.
El miércoles, hubo reuniones presenciales tanto de la cúpula de JxC, como del PRO, en las que reclamaron la presencia del jefe de Gabinete, Juan Manzur, (debe ir primero al Senado), y del canciller, Santiago Cafiero, para explicar cuestiones relacionadas con la adquisición de vacunas.
Algunas fuentes de la oposición dejan trascender que luego de noviembre podría haber recambios en la titularidad del interbloque, luego de que Mario Negri, perdiese la interna en Córdoba y además el PRO, continúe con mayor número de diputados.
