El PIB de Estados Unidos creció 3% en el segundo trimestre del año superando la primera estimación que había sido de 2,8%. La mejora se explica porque el consumo personal subió 2,9% y no 2,3% como se informó inicialmente.
También se informó que los pedidos iniciales de subsidios por desempleo alcanzaron a 231.000 en la semana que concluyó el 24 de agosto, una cifra similar a la previa. Este viernes se publicará el índice de precios de los gastos en consumos personales correspondiente a julio. Es la medida de inflación que más toma en cuenta la Reserva Federal para definir su estrategia monetaria. Los analistas estiman que no mostrará variaciones significativas con relación a junio cuando subió 2,5% interanual.
Los datos son consistentes con la afirmación de Jerome Powell en Jackson Hole sobre que había llegado el momento de aflojar la política monetaria. Eso ocurrirá en la próxima reunión de la Fed prevista para el 18 de septiembre, más allá de que antes de esa fecha se conocerán los números de inflación y del mercado de trabajo de agosto.
A poco más de sesenta días de las elecciones, los datos económicos se analizan en función de su impacto en las campañas. Cualquier indicador que muestre una mejora, aunque moderada, es una buena noticia para Kamala Harris porque el manejo de la economía el punto más cuestionado del actual gobierno por parte de los votantes.
Además, el recorte de la tasa por parte de la Fed, será una señal inequívoca de que la autoridad monetaria considera que el proceso de desinflación está consolidado.
