El dato saliente de las finanzas globales en 2024 será el recorte de las tasas de interés que harán la Reserva Federal y el Banco Central Europeo. Eso será consecuencia de la baja experimentada en la tasa de inflación, que se profundizará durante el año que acaba de comenzar. Por otra parte, la actividad se enfriará en casi todos los países.
Los analistas comparten esa visión aunque no coinciden con relación al impacto que tendrá sobre los activos financieros el aflojamiento de la política monetaria en Estados Unidos.
En el caso del valor del dólar frente al resto de las monedas, la pregunta es si la baja de tasas de la Fed lo debilitará o finalmente se fortalecerá como consecuencia del mejor desempeño de la economía estadounidense con relación a las demás desarrolladas. Un dólar eventualmente más débil debería impulsar la cotización de las commoditites, que se mueve en sentido inverso, pero operará en dirección contraria la menor demanda producto de la desaceleración del nivel de actividad global.
En Wall Street esperan que la baja de tasas sostendrá el rally de las acciones de 2023 (que pocos anticiparon) y que caerá el rendimiento de los bonos del Tesoro. Por ahora casi todo el mercado coincide en ese pronóstico.
Los analistas creen que no habrá sorpresas en materia de actividad que alteren este cuadro. En Estados Unidos, el Gobierno espera que la economía tenga un aterrizaje suave mientras que el de China proyecta una expansión de 5% en 2024.
