Luego de abandonar el acuerdo de cereales del mar Negro, Rusia le dio un nuevo golpe a la crisis alimentaria mundial: este miércoles atacó el principal puerto interior de Ucrania, al otro lado del río Danubio desde Rumania, lo que hizo subir los precios mundiales de los alimentos.
Los ataques destruyeron edificios en el puerto de Izmail y detuvieron a los barcos que se preparaban para llegar allí con el fin de cargar grano ucraniano.
El viceprimer ministro ucraniano, Oleksandr Kubrakov, dijo que los ataques con aviones no tripulados rusos dañaron casi 40.000 toneladas de granos que estaban destinados a países de África, así como a China e Israel.
"Los terroristas rusos han atacado una vez más los puertos, los cereales y la seguridad alimentaria mundial", agregó el presidente Volodímir Zelenski.
Según funcionarios ucranianos, Moscú habría atacado 26 instalaciones portuarias, cinco embarcaciones civiles y 180.000 toneladas de granos desde que abandonó el acuerdo de granos.
Tras el ataque, los precios del trigo de Chicago subieron casi 5% por las preocupaciones sobre el suministro, solo para caer más tarde por las fuertes exportaciones rusas y las señales de que Moscú podría estar dispuesto a revivir el acuerdo del corredor del mar Negro.
Durante la jornada, el presidente ruso, Vladimir Putin, habló por teléfono con el patrocinador del acuerdo de exportación de granos, su par turco, Recep Tayyip Erdogan.
Después del diálogo, el Kremlin comunicó que Putin reiteró la condición de Rusia para reincorporarse al acuerdo de granos: que se implemente un acuerdo paralelo que mejore los términos para sus propias exportaciones de alimentos y fertilizantes.
