Desde este 19 de abril, y hasta el 1 de junio, se celebrarán en India las elecciones "más grandes del mundo".
En el Gigante Asiático, unos 968 millones de personas, lo que equivale a la población de Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea juntas, estarán habilitadas para elegir a 543 miembros del Lok Sabha (Parlamento).
Por ello, debido al tamaño del electorado, las elecciones se desarrollarán en siete fases, mientras que los resultados de los 28 estados y los ocho territorios de la Unión se publicarán el 4 de junio.
Sin dudas, el primer ministro Narendra Modi, y su Partido Bharatiya Janata (BJP), son quienes parten con la delantera.
Bajo el gobierno de Modi, que llegó al poder en 2014, India se convirtió en la gran economía de más rápido crecimiento del mundo. Además, alcanzó increíbles logros científicos, como enviar una sonda a la Luna o desarrollar armas antisatélites.
Incluso, Modi ha "garantizado" que India pasará a ser la tercera economía del mundo si gana un tercer mandato consecutivo.
Sin embargo, desde que Modi llegó al poder, la India se ha polarizado y muchos acusan al primer ministro de haber transformado el país de una república laica a una nación hindú.
En este sentido, las minorías, especialmente los 200 millones de musulmanes del país, acusan al BJP de perseguirlos a través de políticas nacionalistas hindúes.
Además, Modi ha sido acusado de atentar contra la libertad de expresión: en la Clasificación Mundial anual de la Libertad de Prensa, India cayó del puesto 140 en 2014 al 161 en 2023.
Sin embargo, pese las críticas, el rival principal del BJP, el Congreso Nacional Indio, que gobernó el país durante la mayoría del tiempo desde que India se independizó en 1977, ahora tiene una muy baja popularidad.
Así, Modi y sus aliados aspiran, como mínimo, a mantener su mayoría absoluta de unos 300 escaños, aunque aún sueñan con obtener más de 400, lo que les permitiría tener los votos suficientes para cambiar la Constitución del país.
Ante este panorama, intentando tanto profundizar en el tema como esclarecer qué impacto tienen estos comicios en Argentina, El Economista dialogó en exclusiva con Manuel Gonzalo, investigador/profesor de la Universidad Nacional de Quilmes y co-cordinador del Grupo de Trabajo sobre India del CARI.
- Aunque las elecciones generales en India apenas están comenzando, ya es una realidad que el primer ministro Narendra Modi será reelecto por una amplia mayoría. ¿Qué explica la popularidad de Modi? ¿cuáles han sido sus principales logros? Las cuestiones económicas y tecnológicas parecen picar en punta.
Es conveniente no anticiparse y dejar que transcurran las elecciones más largas del mundo. Dicho esto, efectivamente, el Partido Popular Hindú (BJP), liderado por el actual primer ministro Narendra Modi, es el favorito. Esto implicaría un tercer mandato del partido de gobierno.
La popularidad de Modi la resumo en tres factores principales: 1) el crecimiento económico que ha logrado alcanzar India, 2) su personalidad, que es cercana a la "India de a pie" (recordemos que Modi no viene de una casta alta) y 3) la prédica nacionalista hindú que ha calado fuerte en una India que es mayoritariamente hindú en términos religiosos, convirtiendo al BJP en una máquina electoral.
Modi ha logrado continuar y empujar el progreso material de la India, con obras de infraestructura que llegan a la gente. Y, hacia afuera, India se encuentra en un momento geopolítico oportuno, en el que tiene mucha importancia para las potencias atlantistas al tiempo que puede mantener relaciones fluidas con, por ejemplo, Rusia.
- Aunque India es considerada la mayor democracia del mundo, en los últimos años han surgido importantes críticas contra el gobierno de Modi por limitar la libertad de expresión y atentar contra la división de poder. ¿Cómo analiza esta situación?
Es claro que en un gobierno que va hacia su tercer mandato, con rasgos de nacionalismo étnico, existan casos a observar.
Al mismo tiempo, varios cuestionamientos parten de una mirada muy occidental, orientada a pensar y formatear el mundo en democracias liberales.
Oriente es un poco diferente en ese sentido y la India tiene sus particularidades religiosas bien marcadas que se cruzan con la política y la hacen tan compleja. Al mismo tiempo, por ejemplo, la prensa en India publica de todo, en las redes circula información de todo tipo, a diferencia de otros países.
- ¿Es Modi un líder populista? No es extraño ver su retrato en las marquesinas de las paradas de colectivos e incluso en los certificados de vacunación de la COVID-19.
Algo similar a lo anterior: si uno observa los primeros ministros que han hecho historia en la India, sea Nehru, sea Indira Gandhi, ambos tenían, a su manera, una personalidad importante. Ni que hablar Indira. De hecho, algunos miembros del BJP comparan a Modi con Indira, no tanto con Nehru.
Después, si uno recorre India va a ver que la cara de los políticos de cualquier nivel, desde el que disputa una intendencia hasta Modi, aparece en afiches, carteles en la calle, etcétera. También sucede con los candidatos del Congress Party.
Dicho esto, es claro que, de ganar las elecciones, con un tercer mandato, Modi estaría entrando en la órbita de los primeros ministros de gran importancia en la India, como Nehru e Indira. Y sin dudas que el BJP y Modi buscan una narrativa y una liturgia que los posicione a nivel histórico.
En este sentido, después de las humillaciones que ha recibido la población india durante el período colonial, hay una búsqueda de una India más potente, más asertiva. El momento mundial y el rol de la India en Asia del Sur y Asia central también empujan en ese sentido.
- ¿Cuál es la situación de los 200 millones de musulmanes en India? Modi parece estar convencido de reconfigurar el país de acuerdo con una visión personal de una nación muy centralizada de hindúes de habla hindi.
No es nuevo que, a pesar de los avances realizados, los musulmanes ocupan un lugar subalterno en una India mayoritariamente hindú. Estos rasgos tienden a profundizarse, pero no es nuevo.
- ¿Qué oportunidad representa para Argentina un tercer mandato de Modi?
India es un socio estratégico para la Argentina. Creo que India y Asia van a seguir re-centralizándose, ganando aún más relevancia económica, militar, geopolítica, etcétera. Eso no va a cambiar y Argentina debe avanzar en tal sentido.
Es importante que continúe el crecimiento del mercado interno indio para la Argentina, así podemos exportar más. Asimismo, se han dado avances en materia de litio, por ejemplo, con la provincia de Catamarca. Eso es muy importante para la relación. Lo mismo podría suceder con Vaca Muerta, con potenciales exportaciones argentinas de GNL, entre otras cosas.
En los últimos 4 años se ha avanzado fuerte en la relación con India en diferentes áreas. Creo que el no haber entrado al BRICS + es un error, que es algo que hay que trabajar, pero no debería ser un impedimento para avanzar en la relación bilateral. Se trata de una relación complementaria que, a pesar de las distancias geográficas, va a crecer.
- A nivel global, ¿Qué representa para el mundo un tercer mandato de Modi?
India va a continuar ganando relevancia en el contexto mundial. Es un actor con mucho margen de maniobra por el momento, tanto afianzando relaciones con EUA, como levantando la voz del llamado sur global en algunos temas en los que incluso tienen una agenda bastante compartida con China, como por ejemplo la energética, en lo que se llama la transición justa.
Para Occidente, por su parte, la plataforma de diálogo es la del Indo-Pacífico. La Casa Blanca posiciona al Indo-Pacífico como la región más dinámica del mundo en esta primera mitad de siglo XXI. No caben dudas de que esto a India también le sienta muy bien.
