Miércoles de cumbres bilaterales con China en el centro de la escena: mientras que el presidente Xi Jinping recibirá a su homólogo francés Emmanuel Macron, al otro lado del océano Pacífico el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, se reunirá con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen.
Macron, quien intenta distanciarse de Estados Unidos a la hora de relacionarse con China y Rusia, advertirá a Xi Jinping de las consecuencias a las que podría enfrentarse si apoya al Kremlin en la guerra en Ucrania.
Además, el mandatario francés estará acompañado por una importante delegación empresarial que buscará reactivar la cooperación económica con el gigante asiático.
Actualmente, China es el sexto socio comercial más importante de Francia: el 4,8% de sus exportaciones van hacia el gigante asiático, mientras que el 6,7% de sus importaciones provienen de allí.
Por su parte, el republicano McCarthy, el tercer líder de mayor rango de Estados Unidos después del presidente y la vicepresidenta, se reunirá en California con Tsai.
Como era de esperar para Pekín, que considera a Taiwán una provincia rebelde, dicho encuentro no es para nada recomendable: el consulado de China en Los Ángeles estimó que esto dañaría los sentimientos del pueblo chino y que enviaría una señal equivocada a las fuerzas separatistas de Taiwán, así como afectaría los lazos chino-estadounidenses.
Además, agregó que "McCarthy está ignorando las lecciones de los errores de su predecesora", en una clara referencia a la visita que Nancy Pelosi realizó el año pasado a Taipéi.
En 2022, Pelosi, hasta ese momento presidenta de la Cámara de Representantes, se convirtió en la funcionaria estadounidense de más alto rango en visitar Taiwán en el siglo XXI, elevando las tensiones entre Washington y Pekín a los niveles más altos desde el fin de la Guerra Fría.
