Tras 16 años en el poder, Angela Merkel ha decidió dar un paso al costado y abandonar la política. Sin embargo, mientras el SPD negocia para formar un nuevo gobierno, la canciller permanece en su cargo como garante.
Según los expertos, una de las principales virtudes de Merkel ha sido su capacidad de, priorizando los intereses de Alemania, mantener buenas relaciones con países muy hostiles para Occidente, como Rusia y China.
Sin embargo, en más de una oportunidad, sus detractores la han acusado de ser demasiado benévola con estos actores que comparten muy pocas características con su país.
En este sentido, ayer Merkel dijo que "quizás al principio fuimos demasiado ingenuos en nuestro enfoque de algunas asociaciones de cooperación (?) hoy en día miramos más de cerca, y con razón".
La estrategia de Merkel permitió que el Gigante Asiático se convirtiera en 2016 en el principal socio comercial de Alemania. Actualmente, el 8% de sus exportaciones van hacia China, mientras que el 11,4% de sus importaciones provienen de allí.
Sin embargo, pese a reconocer que quizás debían haber sido más duros con Pekín en asuntos como las violaciones de los derechos humanos, Merkel aclaró que Alemania y la Unión Europea deberían seguir cooperando con China. "El desacoplamiento total no sería correcto en mi opinión, sería perjudicial para nosotros", agregó.
Por otra parte, la canciller explicó que su país estaba continuamente en discusiones con Beijing sobre propiedad intelectual y protección de patentes, "tanto con respecto a los estudiantes chinos en Alemania como a las empresas alemanas que operan en China".
En este sentido, Merkel destacó que el Estado debe proteger su infraestructura crítica y mencionó una nueva ley alemana de seguridad de tecnológica que establece grandes obstáculos para los fabricantes de equipos de telecomunicaciones de próxima generación, como la china Huawei.
