Este miércoles, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, defendió el impuesto inesperado que impuso sobre las ganancias de los bancos.
Meloni, quien asumió el cargo en octubre, dijo que es vital que los bancos se comporten de la manera más correcta posible, dadas las difíciles circunstancias económicas, con un crecimiento débil, alta inflación y tasas de interés al alza.
El gobierno "ha aprobado varias medidas, la más importante de las cuales es la tributación de los márgenes injustos de los bancos", agregó.
Por su parte, el viceprimer ministro, Matteo Salvini, consideró que "la redistribución de una pequeña parte de estas ganancias está económica y socialmente justificada".
El martes, a últimas horas de la noche, tras la negativa reacción del mercado, el Ministerio de Economía aclaró que el impuesto a las ganancias extraordinarias del 40%, una medida excepcional que apunta a las ganancias derivadas de las mayores tasas de interés de los bancos, no ascendería a más del 0,1% de sus activos totales.
Así, el tope anunciado por el Ministerio de Economía implica que el impuesto tendría un impacto total de 1.900 millones de euros, mientras que el impacto inicial de la medida antes del tope se había visto cerca de los 3.000 millones de euros.
Los analistas de Citi habían estimado que el impuesto sobre las ganancias extraordinarias podría aportar hasta alrededor del 0,5% del total de los activos bancarios.
Tras el anuncio, las acciones de prestamistas italianos como Intesa Sanpaolo, Banco BPM y UniCredit repuntaron entre 2,6% y 4,9%, mientras que FinecoBank subió 6%.
